gowex jenaro garcia

Miguel Laguna es accionista de Gowex. Tiene 3.000 euros atrapados en títulos de la compañía de wifi que protagonizó hace ya más de tres meses una sonada estafa en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Todavía no sabe si su sociedad de valores le “condonará” la conocida como comisión de custodia que estas firmas cobran por guarda y conservación de acciones.

“Si entro en mi cuenta, me aparece como si las tuviera (las acciones)”, se queja Laguna. Su situación es idéntica a la de los otros 5.000 inversores minoristas de Gowex, y como la de otros tantos accionistas de compañías suspendidas en la bolsa española. Sin embargo, las sociedades de bolsa, las que gestionan las cuentas de valores, cobran por sistema comisiones de custodia.

Accionistas de Gowex, Pescanova, Bodaclick, Zinkia y hasta 10 nombres de firmas cotizadas no pueden vender sus acciones y además deben pagar por tenerlas en sus carteras de valores. La Asociación Europea de Inversores Profesionales (Asinver) promueve una iniciativa para que dejen de cobrarse estas comisiones. Por el momento, solo se ha adherido a esta propuesta GPM Broker, cuyo responsable de mercados es Luis Benguerel: “Es normal que el cliente atrapado en Gowex, Zinkia o Pescanova no pague, porque si encima de estar enganchado les cobramos custodia...”. Benguerel explica que, desde la firma de este acuerdo, esta exención ya se le aplica a los clientes de su bróker.

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EL PAPEL DE LA CNMV

“Cuando la sociedad emisora de acciones está inactiva o el valor económico de las mismas es nulo o casi nulo, la entidad depositaria puede optar por no cobrar comisiones por su administración, lo cual se considera una buena práctica” por la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tal y como explica el comunicado conjunto de Asinver y GPM en una transcripción de la memoria anual de reclamaciones y consultas de 2012 que publicó la propia CNMV.

Añadía el regulador que dicha situación se aplica, “sobre todo en aquellos casos en que no sea aplicable ningún procedimiento mediante el cual el cliente pueda dar de baja las acciones de su cuenta de valores”. Desde una de las entidades financieras que gestionan cuentas de valores han explicado a Bolsamanía que no se pueden “repudiar” acciones de empresas suspendidas, salvo que hayan transcurrido cinco años sin anotaciones de dicha compañía en el Registro Mercantil.

En ese caso, el accionista renuncia voluntariamente y el banco o la sociedad de valores entrega una carta que así lo acredita. Un documento que, si la empresa reflota en algún momento, mantiene vivo el derecho de participar por la parte correspondiente a la antigua inversión.

LA OPCIÓN DE VENDERLAS

Repudiar acciones es un proceso complejo

Otra opción, aunque las acciones no coticen, es venderlas si aparece un comprado. “No suele haber mercado”, advierten desde el banco, y Miguel Laguna añade que “sí, hay compradores, pero a 10 céntimos”, mientras él compró a 7 euros los títulos de Gowex. “Es mejor dejarlo quieto y no hacer nada”, se resigna.

Javier Flores, responsable de Asinver, y Luis Benguerel, como promotores de esta idea esperan que más sociedades de gestión de valores se adhieran a su propuesta: “El acuerdo pretende no solamente ser un impulso en el sector al ejercicio de buenas prácticas, sino que trata además de poner el foco de atención sobre la cuestión, logrando que cada vez más entidades financieras implementen dichas prácticas”. Parece más probable que las casas de valores estén más dispuestas a asumir este tipo de prácticas frente a los bancos, en un momento en el que además se están incrementando las comisiones en banca minorista.

Benguerel ha recibido en las primeras horas de esta iniciativa llamadas de accionistas con carteras en las que aparecen valores suspendidos. Explica este gestor que no será una práctica que se aplique de forma indiscriminada, porque “nosotros tenemos unos gastos fijos que cubrir”. El gestor cifra en unos 40-60 euros al año lo que cuesta mantener una cuenta de valores, lo que incluye gastos como el Fondo de Garantía de Inversiones, que son entre 3 y 4 euros al mes por cuenta abierta o la Depositaría de Sociedad de Bolsas, 0,90 euros por valor y mes.

No será una medida generalizada porque hay gastos que cubrir

GASTOS FIJOS

“Si cubrimos los gastos fijos, no cobraremos por los valores suspendidos; si no, llegamos a un acuerdo (…) No es por no ganar, es por no perder”, explica Benguerel, cuya firma asesora a unos 5.000 clientes, de los que entre 40-50 tienen en sus carteras valores suspendidos.

Esta iniciativa no resarce en ningún caso el dinero atrapado en acciones suspendidas por fraude o inviabilidad de la empresa emisora de los títulos, circunstancias, sobre todo la primera, que con los casos de Gowex o Pescanova ponen en tela de juicio la seguridad del mercado español. “Las medidas del Gobierno son palabras, nada más”, se queja Laguna en referencia a las propuestas del pasado Consejo de Ministros con las que se pretende reforzar la protección al inversor.

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La suspensión el miércoles de Carbures, que ha reconocido que tendrá que reformular sus cuentas, le da la razón: “Tres meses después no aprendemos y salta otra pufo. Tenía más inversores en el MAB el día que pasó lo de Gowex, pero saqué todo aún perdiendo dinero, y a la larga, he perdido menos de lo que podría haber sido porque en Carbures también lo habría perdido. Sabía que podía ganar o perder más o menos dinero, pero Gowex ha sido una estafa. No voy a volver a invertir nunca en el MAB, y en el Ibex y demás... me entran ciertas dudas, porque también pasó con Pescanova”.

Puedes indignarte o jugar a lo básico

A la pregunta de dónde poner entonces su dinero, este inversor responde: “En fondos 'tranquilitos', en los que ganar un 5% o 6% al año; en Francia, en Inglaterra... porque allí puede pasar lo de Gowex, pero el que la hace, la paga. Hay más defensor del inversor. Ahora puedes hacer dos cosas: indignarte o jugar a lo básico, porque le campo de juego está embarrado”.

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