Leopoldo González-Echenique ha formalizado su dimisión como presidente de RTVE. El responsable del ente público ha decidido dejar su puesto tras no contar con los apoyos necesarios para aprobar los presupuestos del próximo año para la corporación.
Finalmente, el Gobierno no ha accedido a facilitarle los 130 millones de euros que necesitaba para evitar la quiebra del ente. Montoro le exigía un plan de ajuste más duro tras haber rescatado a la compañía hace unos meses pero Echenique se topaba de frente con el rechazo de los sindicatos y empleados, que amenazan con paros.
SIN SORPRESAS
La dimisión de Echenique no ha supuesto una sorpresa tras los datos que manejaba el Consejo. Los datos que dio a conocer en la seisón parlamentaria del martes no dejaron dudas sobre los problemas que padece RTVE.
Echenique culpó de esa situación a “los recortes del Gobierno” y a la reducción de las aportaciones de los operadores de telecomunicaciones y de las cadenas de televisión en un 40%, sus únicas fuentes de financiación tras la eliminación de la publicidad durante el Gobierno de Zapatero.
¿QUÉ PASARÁ CON RTVE?
Leopoldo González-Echenique se ha visto atado de pies y manos para poder cerrar unos presupuestos que no supusieran la quiebra técnica de RTVE. Aún así, muchos han cuestionado su gestión, que además de no reducir los gastos todo lo que le exigía el Gobierno, tampoco ha conseguido salvar la audiencia ni las críticas por la supuesta manipulación informativa de los Telediarios.
El sustituto del ya expresidente de RTVE viene determinado por la Ley 17/2006 de la radio y la televisión de titularidad estatal. Será el Congreso de los Diputados el que designará por mayoría de dos tercios, de entre los doce consejeros electos, el que desempeñará el cargo de presidente.
Aún así, todo el proceso puede jugar en contra de los intereses de RTVE, dada la gravedad financiera por la que atraviesa. Además, el nuevo presidente tendrá que hacer frente a un nuevo recorte adicional de 50 millones de euros sobre la partida de 2014, la que ya hizo intervenir a Hacienda para rescatar a la corporación.
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