- Los cuerpos policiales tienen muchas dificultades para rastrear las transacciones
Millones de españoles se conectan cada día a Internet para consultar las noticias, el tiempo, actualizar sus redes sociales o hacer gestiones con su banco. Pero también hay usuarios que utilizan las redes para otro tipo de fines. En medio de la proliferación de dispositivos móviles y el auge del comercio electrónico, existen espacios virtuales alegales en los que se puede conseguir cualquier producto o servicio imaginable de espaldas a la ley: la conocida como darknet o red oscura.
Este tipo de redes seguras se han popularizado en los últimos años ya que son reductos en los que se puede conseguir desde drogas hasta armas pasando por contenido sexual ilegal. El protocolo que utilizan las darknet ya se utilizó por primera vez en la década de los 70 entre estudiantes del MIT y la Universidad de Stanford.
Entrar en este tipo de redes no es sencillo, aunque aparentemente cualquier usuario podría lograrloc con unos mínimos conocimientos. Sus servidores se encuentran alojados en un área encriptada de Internet llamada “Servicios Ocultos por Tor”, donde las URL son cadenas de números y letras sin sentido aparente que terminan en un .onion, y a los que se accede usando Tor, un sistema inteligente de encriptado.
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Las darknet se basan en comunicaciones cerradas entre usuarios en una red de confianza
“Las darknet se basan en comunicaciones cerradas entre usuarios en una red de confianza, al no estar centralizadas no es posible luchar contra ellas”, asegura Juan Carlos Montes, responsable de Área en la dirección de Operaciones del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
Según Wired, sólo en Reino Unido el 20% de las ventas de droga se realizan ya a través de este tipo de redes. La más popular es Silk Road, que aunque fue clausurada hace unos años, aún sigue operativa tras una remodelación. En ella, se pueden encontrar hasta 900 usuarios dispuestos a vender cualquier tipo de droga: marihuana, heroina, LSD... Todas ellas aparecen categorizadas e incluso con su fotografía.
Algo similar ocurre con las armas. Como si se tratara de una tienda como Amazon, los usuarios pueden navegar por un entorno un tanto rudimentario pero con todas las especificaciones técnicas necesarias para saber qué tipo de arma se desea. Y también se puede encontrar un "supermercado" de la pornografía, incluso de la penada por ley. Muchos pedófilos comparten a través de este tipo de redes todo tipo de contenido sexual de espaldas a la ley.
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El reto de la Policía es identificar dónde se producen esas transacciones para dar con los usuarios, pero no es sencillo. “No hay servidores como tal, la red se monta entre los usuarios que la forman, por lo que sí podría operar desde España si todos sus usuarios tienen sus conexiones aquí”, añade Montes.
Estos mercados se basan siempre en el uso de monedas electrónicas como el bitcoin y tienen un nivel de anonimato muy alto
¿Y cómo es posible que alguien pueda comprar droga o material prohibido? “Muchas transacciones se realizan mediante equipos infectados, porque lo el rastro, aunque exista, nunca apuntaría a las personas reales que están detrás de todo”, agrega Montes. "Por otro lado, estos mercados se basan siempre en el uso de monedas electrónicas y estás tienen un nivel de anonimato muy alto, lo que hace casi imposible realizar un seguimiento del movimiento de esa moneda", concluye Montes.
En este sentido, la proliferación de las monedas digitales está dificultando enormemente el rastreo de las actividades delictivas en las redes, por lo que los cuerpos policiales de diferentes países han creado unidades específicas para poder investigar las transacciones.
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