Duros enfrentamientos en el último debate televisado entre los candidatos a la Presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, Marina Silva y Aecio Neves. Los principales roces se produjeron a la hora de tratar la corrupción en las empresas estatales, según informa 'América Economía'.
En concreto, el socialdemócrata Neves acusó al actual Gobierno del Partido de los Trabajadores de ser responsable del escándalo de Petrobras, cuyo exdirector, Paulo Roberto Costa, fue arrestado en marzo.
“Ustedes entregaron a una pandilla, cuyo director está preso. Este es el lado perverso de usar la estructura pública para emplear a aliados. En mi gobierno, la Petrobras será devuelta a los brasileños”, declaró tajante.
Por su parte, Neves dijo que Rousseff había escondido la corrupción y mentido al afirmar que ignoraba lo que estaba sucediendo en dicha compañía. “No es posible que la presidenta diga que una persona desvió recursos públicos durante doce años sin que nadie lo supiera", afirmó.
Rousseff se defendió revelando que cesó a un funcionario cuando era ministra de Medio Ambiente por desviación de recursos públicos y añadió que la lucha contra la corrupción es una prioridad de su Ejecutivo. “Antes de nosotros nadie iba a la cárcel”, concluyó.
A VUELTAS CON LA INDEPENDENCIA DEL BANCO CENTRAL
Asimismo, Maria Silva afirmó que Rousseff no entendía el concepto de independencia del Banco Central de Brasil: “No significa que vaya a ser un poder independiente, sino que tendrá poder para evitar que la inflación vaya en aumento como está ocurriendo en tu gobierno”, declaró.
Rousseff, por su parte, respondió que respeta la autonomía de la autoridad monetaria “pero tiene que ser una opción de los gobernantes en defensa de una política de combate a la inflación. Ello no significa que el presidente y los directores no puedan ser reemplazados. Los poderes independientes son solo tres: Ejecutivo, Legislativo y Judicial”.
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