¿Es el banco portugués Espirito Santo (BES) el Leham Brothers europeo? Pregunta pertinente la que se formula hoy en su blog el economista José Carlos Díez, después de que esta semana el desplome de la entidad lusa haya sacudido a los mercados financieros. No es para menos si, como recuera Díez, su balance alcanza los 80.000 millones de euros, nada más y nada menos que el 50% del PIB de Portugal.

Ya solo esta cifra denota varios desequilibrios: uno, que exista todavía un banco que haya adquirido semejante tamaño después de que una de las premisas de esta crisis financiera mundial era acabar con el “too big to fail” (demasiado grande para caer); y derivada de ésta, que seis años después de la bancarrota de Lehman que dio el pistoletazo de salida oficial a la crisis, no exista lo que durante meses se denominó un plan de defunción para los bancos sistémicos, es decir, para aquellos de cuya buena salud financiera depende una economía, porque si no, a la memoria se vienen de manera inmediata nombres tan cercanos como Bankia. Además, las agencias de rating han vuelto a llegar tarde y el vínculo pernicioso entre el sistema financiero y la deuda soberana no se ha conseguido romper.


Es por tanto más que razonable, que José Carlos Díez se haga preguntas en cadena del estilo de ¿por qué este banco no fue rescatado con ayudas públicas en 2011? ¿Por qué la Troika dejo al país salir del rescate, casualmente antes de las elecciones europeas, sin tener la certeza que sus bancos pasarían el estrés test? ¿Por qué el país ha emitido bonos de deuda pública que corren riesgo de impagar como pasó con las preferentes?


De hecho, el economista rememora también el “es demasiado grande para caer,” y advierte que BES es incluso mayor que Bankia en 2012 que suponía el 30% del PIB español. Además, a Díez le recuerda especialmente a otro caso familiar: Rumasa. “Una familia poderosa con fuertes vinculaciones con el poder político, especialmente con el actual ejecutivo de derechas que gobierna Portugal. Con una potente corporación industrial, muy afectada por la depresión económica, donde el banco concentra muchos créditos. El mayor problema está en la corporación que no nutre de flujo al holding que es propietario de las acciones del banco y que corre riesgo de impagar”.

Sobre la peligrosa vinculación sistema financiero-deuda soberana, advierte que la deuda pública de Portugal es del 130% del PIB “y es evidente que no tienen capacidad de asumir estos pasivos sin riesgo de colapsar su acceso a los mercados, como sucedió en 2011 cuando fueron rescatados”.


Ahora, la pregunta es para el economista: ¿por qué podría ser el Lehman europeo? Explica Díez que el primer ministro, Pedro Passos-Coelho sigue el ejemplo de “su amigo Rajoy cuando estalló la crisis de Bankia y su decisión es no hacer nada. Acaba de decir que no habrá dinero público para Espíritu Santo. Esto nos retrotrae a la quiebra de Lehman en 2008 cuando Bush decidió dejarlo quebrar también un domingo como hoy”.


Y el peligro va más allá, porque “con la nueva directiva europea antes de meter dinero público tienen que pagar accionistas, preferentistas y todos los que tienen deuda subordinada, como sucedió en Bankia en 2012. Pero si el Gobierno luso no está dispuesto a poner dinero público, el banco podría entrar en resolución y entonces pagarían bonistas y depositantes de más de 100.000 euros. Si no hay dinero suficiente para garantizar el resto de depósitos, el fondo de garantía portugués tendría que entrar y al final los contribuyentes pagarían”.


El efecto contagio sería, como ha sido esta semana, imparable, porque ahora mismo, según este experto, “las primas de riesgo europeas no contemplan este escenario. Por lo tanto, este caso puede provocar otra crisis financiera y poner en riesgo la supuesta estabilidad financiera en todo Europa y, por lo tanto, del mundo”. El problema principal es que esto demuestra, cuestiones ya antes citadas sobre que hace ya seis años que estalló Lehman y, “los inversores comprobarán que no hay unión bancaria y que en Europa está todo por hacer”.

EL IMPACTO EN ESPAÑA

El vínculo de España con Portugal es obvio, para Díez, “intenso” en términos de comercio y financieros. “Santander, BBVA y Popular tienen banco en el país vecino, con exposición a la deuda pública portuguesa, especialmente Santander, y el contagio sería inmediato. La prima de riesgo portuguesa ha subido 100 puntos básicos desde que comenzaron los problemas con Espíritu Santo y la española ha llegado a subir 25”.


Para más inri, añade este experto que “nos pilla en uno de los momentos más vergonzosos para España desde la crisis de Bankia. Bruselas y Eurostat han abierto expediente a la Comunidad Valenciana ya que dudan de sus cuentas presentadas sobre déficit y sobre deuda pública. Las alarmas estallaron cuando Rajoy en 2011 irresponsablemente decidió aflorar el déficit oculto en comunidades autónomas, la mayoría gobernadas por el PP, para culpar al gobierno anterior de todos los males de los recortes y subidas de impuestos que tenía pensado aplicar”.

Avisa este experto de que “si los mercados vuelven a poner el foco en España, nuestra elevada y creciente deuda pública y externa, el desempleo, la pobreza y el riesgo de inestabilidad social, el riesgo de gobernabilidad tras las europeas, el de la independencia de Cataluña o el que partidos como Izquierda Unida y Podemos hablen en público de auditorías e impagos de deuda sin saber muy bien lo que dicen ni explicar a los ciudadanos y a sus votantes los efectos de estos experimentos podrían provocar subidas de nuestra prima de riesgo, fuga de capitales, problemas de financiación de nuestros bancos, más restricción de crédito, recesión y aumento de la tasa de paro”.


Y para acabar, un consejo: “Veremos que pasa en Portugal y como gestiona la Troika esta crisis. Mientras tanto, se prudente querido lector. La situación sigue siendo de extrema vulnerabilidad y estamos gobernados por unos auténticos irresponsables que anteponen sus intereses personales y de su partido a los de la sociedad que les dio la confianza para gobernar”.

Bolsamanía

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