Según el informe de la Cámara de comercio de Barcelona y el Ayuntamiento de la ciudad, ‘Observatori de Barcelona 2014', presentado este lunes, la ciudad condal ya es la sexta marca de ciudad más potente del mundo.
Además, Barcelona es la cuarta smart city europea, posición que ocupa por detrás de de Copenhage, Amsterdam y Viena, y por delante de París. Y lo es gracias, en gran medida, a la red de flota pública eléctrica, como los autobuses de la Trasnpote Metropolitano de Barcelona, el sistema de vehículos de recogida de resíduos o los coches de la Guardia Urbana y taxis. Otro factor que suma en este concepto de ciudad inteligente es que la la capital catalana planea invertir, hasta 2015, más de 22 millones de euros para renovar el 3% del alumbrado público para mejorar los niveles lumínicos y la eficiencia energética. Y para ello usará tecnología LED y sistemas de control y regulación.
Barcelona es también la séptima ciudad de Europa con mejores perspectivas de futuro y la décima que recibió más proyectos de inversión internacional en el período que va de 2009 a 2013 y ocupa el lugar 19 en el ránking de ciudades más competitivas del mundo.
Más datos para evaluar el peso de la marca Barcelona: la ciudad cuenta en su haber con el título de capital europea de la innovación, que le ganó, el pasado mes de marzo, a ciudades como Grenoble o Groninga. La capital catalana se alzó con este premio, dotado con 500.000 euros, en su primera edición y lo logró por factores como la unicidad de la ciudad, su enfoque holístico de la innovación ("con un éxito en una sola área no es suficiente"), su creatividad y su calidad.
El alcalde de la ciudad, Xavier Tiras, ha calificado los resultados del ‘Observatori de Barcelona 2014' de “extraordinarios”, pero ha reconocido que la asignatura pendiente es la creación de empleo y ha explicado que todavía no se ha reactivado el mercado laboral en la ciudad condal.
N.J.
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