Casi dos décadas después del escándalo protagonizado por el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y Monica Lewinsky, la polémica sigue viva... inmortalizada en un retrato.

Desde que el inquilino de la Casa Blanca tuviera una relación sexual con una de las becarias que trabajaba allí entre 1995 y 1996, parece que la sombra de Monica Lewinsky no ha dejado de perseguir al ex presidente estadounidense. Y ahora, parece que esa persecución es aun más real y se alargará hasta el infinito.

Lee también: Las tres grandes lecciones de Bill Clinton sobre relaciones públicas

Así lo ha confirmado el autor de un retrato de Clinton que estuvo expuesto hace años en la National Portrait Gallery de Washington. El pintor Nelson Shanks, explicó que representó simbólicamente la presencia de Lewinsky en su retrato, incorporándola a la obra como una sombra en la chimenea.

"Él y su administración hicieron buenas cosas, pero no podría olvidar esta historia de Mónica, y está sutilmente incorporada en la pintura. En realidad, representa la sombra de un vestido azul en un maniquí. El maniquí estaba ahí cuando pintaba, pero no cuando él (por el entonces presidente Clinton, que gobernó entre 1993 y 2001) estaba ahí", sentencia el artista.

LEE ADEMÁS:

- Bill y Hilary Clinton, abuelos

- Pablo Iglesias, Rajoy, Pedro Sánchez... ¿De qué equipo de fútbol son los políticos españoles?

contador