Las peticiones semanales de desempleo en EEUU han alcanzado las 228.000, en la semana finalizada el 15 de julio, lo que supone un descenso desde las 237.000 registradas en los siete días previos, según los datos publicados este jueves por el Departamento de Trabajo estadounidense. Este movimiento ha sorprendido al consenso, que esperaba un aumento hasta las 242.000.
La tasa de desempleo fue del 1,2%, sin cambios desde la semana anterior, y la cifra de trabajadores desempleados ascendió hasta los 1.754.000, lo que supone una incremento de 33.000 con respecto al periodo previo.
Las tasas más altas de desempleo se registraron en Puerto Rico (2,4), Nueva Jersey (2,3), California (2,1), Connecticut (2,0), Rhode Island (2,0), Massachusetts (1,9), Nueva York (1,8), Oregón (1,7), Minnesota (1,6) y Pensilvania (1,6).
Los mayores aumentos en solicitudes iniciales se produjeron en Nueva York (+8.043), Ohio (+1.783), Pensilvania (+1.413),Iowa (+1.368) y Arizona (+1.118), mientras que las mayores disminuciones tuvieron lugar en Connecticut (-3.538), Nueva Jersey (-3.290), Michigan (-1.434), Minnesota (-758) y Rhode Island (-751).
Ryan Brandham, director de mercados de capitales globales para América del Norte en Validus Risk Management, destaca que "en general, el mercado laboral de EEUU sigue mostrando resistencia a las subidas anteriores de la Fed. Este resultado no disuadirá al FOMC de continuar con la caminata la próxima semana".
Los analistas de Oxford Economics señalan que "las solicitudes iniciales de desempleo cayeron a su nivel más bajo desde mediados de mayo la semana pasada, ya que los factores estacionales continuaron empujando la cifra principal a la baja".
"Dejando a un lado el ruido estacional, los datos de reclamos son consistentes con un mercado laboral que puede volverse menos ajustado pero aún se caracteriza por muy pocos despidos. El FOMC todavía está en camino, en nuestra opinión, para subir las tasas en su reunión de la próxima semana", concluyen.
Por su parte, desde Pantheon Macroeconomics subrayan que "parece razonable pensar que el impacto de los cierres en las reclamaciones no ajustadas es menor de lo habitual este año, ya que los fabricantes de automóviles aceleran la producción para reconstruir los inventarios".