El presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, se ha mostrado partidario de seguir subiendo los tipos de interés "hasta tener la certeza de que la inflación ha tocado techo", y ha apostado por elevarlos hasta el entorno del 5,4%, para luego "hacer una pausa", lo que implicaría un aumento de aproximadamente un 1% desde el actual rango de 4,25%-4,5%, establecido tras la última subida de 50 puntos básicos de diciembre.
Sin embargo, Kashkari ha agregado que llevará "un tiempo razonable" evaluar si el rango final de los tipos de interés "es lo suficientemente alto como para hacer que la inflación vuelva a bajar al 2%".
"Una vez que veamos los efectos completos de la política más estricta, podremos evaluar si necesitamos subir más o simplemente permanecer en ese nivel máximo por más tiempo. Para ser claros, en esta fase cualquier señal de progreso lento que mantenga la inflación elevada por más tiempo justificará, en mi opinión, llevar la tasa de política potencialmente mucho más arriba", ha destacado.
También se ha mostrado moderado sobre la posibilidad de que la inflación haya tocado su punto máximo, ya que considera que, si bien es "demasiado pronto" para afirmarlo con rotundidad, existen cada vez "más evidencias de que puede haberlo hecho".
El último paso de la estrategia de la Fed para combatir la inflación es un recorte de tipos de interés, que solo se producirá cuando los banqueros centrales estén "convencidos" de que la inflación está ya encaminada a regresar a la meta del 2%, aunque en este aspecto, Kashkari tampoco quiere correr riesgos prematuros.
"Dada la experiencia de la década de 1970, el error que debe evitar el FOMC es recortar las tasas prematuramente y luego hacer que la inflación vuelva a dispararse. Eso sería un error costoso, por lo que la medida para reducir las tasas solo debe tomarse una vez que estemos convencidos de que realmente hemos derrotado a la inflación", ha valorado.
El banquero central ha expuesto también sus opiniones sobre los motivos por los que la Fed se ha visto sorprendida por el rápido aumento de la inflación, entre los que ha citado una tardía identificación de las fuerzas que sacudían al mercado.
"Creo que incluso si hubiéramos podido identificar todos los 'shocks' por adelantado, no creo que nuestros modelos se hubieran acercado a pronosticar una inflación del 7%. Creo que la raíz de nuestra falla es que nuestros modelos actualmente no están equipados para pronosticar el aumento de la inflación de precios que estamos experimentando", ha concluido.