La primera rebaja de los tipos de interés de la Reserva Federal de EEUU (Fed) en más de una década es un hecho consumado en los mercados financieros. Los analistas esperan ampliamente que el presidente del banco central, Jerome Powell, dé un paso inédito desde que Ben Bernanke dejó los tipos en el 0,25% en diciembre de 2008 y recorte el precio al que se presta el dólar en, al menos, 25 puntos básicos, un movimiento que los analistas tratan de dirimir si inaugurará un nuevo ciclo expansivo o si es un gesto para contentar a Wall Street y al presidente de los EEUU, Donald Trump.
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Powell ha sido una de las dianas de los dardos del republicano que ha cargado contra el endurecimiento que la política monetaria ha experimentado bajo su mandato. El banquero central ha elevado la tasa de interés de la Fed en un 0,75%, hasta la horquilla de 2,25% - 2,50% actual, una actuación que al inquilino de la Casa Blanca ha incomodado sobremanera, hasta el punto de que ha puesto en seria tela de juicio la independencia del banco central.
Ya sea por las presiones de Trump o porque el ciclo expansivo de la economía estadounidense ha enviado signos de agotamiento en los últimos meses, atenazado por la guerra comercial entre EEUU y China que ha frenado el crecimiento mundial, el banco central se ve obligado a no defraudar este mes de julio. Pero algunas voces cuestionan que le rebaja sea realmente necesaria, ya que las condiciones económicas no lo justifican del todo, según Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs.
La opinión de algunas casas de análisis es que el Comité Abierto de de Política Monetaria (FOMC, por sus siglas en inglés) de la entidad se ha visto atrapado por sus propias promesas. El organismo ya envió en junio una fuerte señal”de que se acometería el primer recorte de tasas después de la progresiva escalada de las mismas durante mandato de Janet Yellen, que se aceleró en los nueve primeros meses de la presidencia de Powell. Este mensaje se ha visto refrendado por el mismo Powell y por varios miembros del comité de la Fed, que en varias declaraciones han defendido un recorte de tipos.
“El decremento de las tasas en un cuarto de punto no se justifica por el nivel de empleo por debajo del 4%, el crecimiento o la caída transitoria de la inflación por debajo del 2%”, señala Axel Botte, estratega en Ostrum Asset Management. Por contra, “el giro acomodaticio debe leerse en un contexto de flexibilización monetaria global”, indica. “La Fed, probablemente, se pone como objetivo evitar que el dólar se convierta en la moneda de ajuste del ciclo económico, más cuando el proteccionismo de Trump ya ha incrementado el valor de la divisa”, redondea.
Así, añadido a lo anterior el supervisor monetario estadounidense también se siente presionado a tomar medidas respecto al dólar estadounidense, que según algunos economistas, está sobrevalorado alrededor de un 10%. "A pesar de lo que dicen los banqueros centrales, mantener un tipo de cambio deseado parece haberse convertido en un objetivo no reconocido", apunta Franck Dixmier, Director Global de Renta Fija en Allianz Global Investors
Junto a los expertos de Bank Degroof Petercam o Unigestión no prevén que el comunicado que acompañe al anuncio de recorte de tipos elimine la orientación a futuro sobre tipos más bajos. En esta línea, las casas de análisis afinan sus previsiones y auguran una rebaja de hasta un 1% a lo largo de los próximos meses, con una siguiente disminución en septiembre.
¿NUEVO CICLO EXPANSIVO?
Así lo cree Dixmier quien asegura que “la Fed parece estar lista para entrar en un ciclo de reducción de tipos”, por lo tanto son de los pocos que aún esperan “que el FOMC anuncie una disminución de 50 puntos básicos” este miércoles.
Justifican su posición ya que “dada la debilidad de la economía mundial y persistentes tensiones comerciales, es probable que la Fed desee actuar preventivamente como un ejercicio de gestión de riesgos". Reconocen, sin embargo que los mercados "podrían sorprenderse con el resultado de la reunión", ya que los futuros de la Fed no otorgan más de un 21% a tamaño recorte. Sugieren, con todo, que los inversores "probablemente reaccionarán positivamente dado el impacto históricamente favorable de los recortes de tipos en los mercados de valores".
No obstante, esta postura no goza de consenso ni siquiera entre otros banqueros centrales. El mismo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dejó claro que se debe estar determinado a actuar, pero que no hay ninguna prisa para ello. Y la predecesora de Powell, Janet Yellen, también avisó que este recorte o, incluso, un segundo en septiembre no debe tomarse como el inicio de un nuevo ciclo acomodaticio del supervisor monetario de EEUU.