El índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos registró en diciembre su mayor caída en los últimos seis años, como consecuencia de un retroceso en los costes de la energía.
En concreto, los precios cayeron un 0,4%, su mayor retroceso desde diciembre de 2008, en línea con las previsiones de los analistas. Esta contracción se produce tras haber perdido un 0,3% en el mes de noviembre, lo que aleja aún más la inflación de los objetivos de la Reserva Federal. Por su parte, el IPC anual registró en 2014 un aumento del 0,8%, también en línea con las previsiones.
A la mayor caída en los precios de la ropa desde 1998 se suma un descenso en las tarifas de las aerolíneas, además de un abaratamiento de los coches nuevos y de segunda mano, una señal de que la desaceleración de la inflación sigue a una caída en el precio del petróleo.
Según los analistas de Capital Economics, el descenso registrado durante el mes de diciembre “es sólo el comienzo de una caída relacionada con el petróleo que llevará la inflación hasta del -0,5% o menos el próximo verano”.
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