El índice de confianza del consumidor de Estados Unidos, que elabora la Conference Board, ha caído en abril hasta los 101,3 puntos, después de registrar 104 puntos en marzo. El dato ha empeorado la previsión del consenso, que esperaba que se mantuviera en las 104 unidades.
"Si bien la evaluación relativamente favorable de los consumidores sobre el entorno comercial actual mejoró un poco en abril, sus expectativas cayeron y se mantienen por debajo del nivel que a menudo indica una recesión inminente a corto plazo", ha señalado Ataman Ozyildirim, director senior de economía de The Conference Board.
El índice de situación actual, basado en la evaluación de los consumidores de las condiciones actuales de los negocios y del mercado laboral, ha subido a 151,1 desde los 148,9 del mes pasado.
En el cuanto al índice de expectativas, basado en las perspectivas a corto plazo de los consumidores sobre las condiciones de ingresos, los negocios y el mercado laboral, ha caído a 68,1 desde los 74 de marzo.
Este índice ha estado por debajo de 80 puntos, el nivel que a menudo indica una recesión dentro del próximo año, desde febrero de 2022, con la única excepción del pasado mes de diciembre.
Desde The Conference Board han indicado que la encuesta se realizó entre el 3 de abril, "unas tres semanas después de las quiebras bancarias en Estados Unidos", y el día 19 del mismo mes.
"Los consumidores se volvieron más pesimistas sobre las perspectivas tanto de las condiciones comerciales como de los mercados laborales. En comparación con el mes pasado, menos hogares esperan que las condiciones comerciales mejoren y más esperan un empeoramiento de las condiciones en los próximos seis meses. También esperan que haya menos puestos de trabajo disponibles a corto plazo", ha agregado Ozyildirim.
El director del organismo también ha resaltado que "los resultados de abril muestran que las expectativas de inflación del consumidor durante los próximos 12 meses permanecen esencialmente sin cambios desde marzo en 6,2%, y aunque ese nivel es sustancialmente inferior al pico de 7,9% alcanzado el año pasado, todavía es elevado".
Los analistas de Pantheon Macroeconomics han destacado que "las expectativas señalan un consumo más débil, pero no un desastre", y subrayan que este descenso "probablemente captura el impacto de la fuerte, aunque breve, caída en los precios de las acciones provocada por la crisis bancaria".
"La caída de las expectativas apunta a una clara ralentización del consumo real en el segundo trimestre tras el repunte del primer trimestre, impulsada por unas condiciones meteorológicas muy favorables y el aumento del 8,7% en los pagos de la seguridad social", han agregado.