Los gobiernos de la Unión Europea (UE) han sido incapaces de alcanzar este miércoles un acuerdo sobre el tope al precio del petróleo de Rusia, que las potencias del G7 quieren imponer a Moscú como sanción por su agresión sobre Ucrania y que el bloque comunitario incluyó en uno de sus paquetes de represalias.
Los embajadores de los Veintisiete ante la UE han intentado salvar, sin éxito, las diferencias entre los dos grupos diferenciados que se han establecido al respecto. De un lado, Grecia, Malta y Chipre, que temen las consecuencias que podría tener para sus cargueros imponer un tope de 65 dólares por barril.
Mientras que de otro, Polonia y los países bálticos han reclamado una medida más dura y con mayor impacto sobre el Kremlin, según han explicado.
La Unión Europea (UE) estudiaba imponer un tope de precio al barril del petróleo ruso. Se situaría entre 65 y 70 dólares, un rango muy superior al del coste de producción y más alto de lo que algunos países habían estado presionando. Sin embargo, se coloca en línea con el precio promedio histórico anterior a la invasión de Ucrania.
Así lo apuntan varias fuentes a 'Bloomberg' antes de la reunión que mantienen este miércoles los líderes de G-7. El límite necesita el respaldo de todos los Estados miembros para ser aprobado. La mayoría de las naciones del G-7 y la UE planean dejar de importar crudo ruso este año.
En concreto, este plan de tope tiene dos objetivos: mantener el flujo de petróleo ruso para evitar picos de precios globales y, al mismo tiempo, limitar los ingresos de Moscú.