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A comienzos de este mes de octubre, sólo se hablaba de cómo la guerra en Oriente Medio podía impulsar el precio del petróleo y hacer descarrilar la recuperación económica en Europa. Pues bien, el saldo mensual del petróleo no sólo no arroja subidas, sino que muestra caídas del barril Brent en el mes que acabamos de dejar atrás del 6%.

Más allá de un impacto alcista inicial del conflicto bélico en el crudo, lo cierto es que el petróleo ha dedicado octubre a consolidar niveles después de marcar máximos anuales, en 96 dólares, en septiembre. Ese mes todo giraba en torno a la oferta y la demanda y las decisiones de la OPEP+ (el cártel de grandes productores). Ahora, una vez 'superado' el shock inicial por la guerra -aunque el conflicto está lejos de terminar-, parece que se retomará ese discurso.

"Creemos que la atención volverá pronto a los planteamientos anteriores sobre los equilibrios de la oferta y la demanda y la política de los países petroleros. Vemos que los precios se dirigen a la baja", comenta Norbert Rücker, economista de Julius Baer.

Julius Baer ya dijo a principios del pasado mes que la geopolítica tiende a ser un elemento de ruido en lugar de una fuerza duradera e impactante cuando se habla de 'commodities'. Ahora, Rücker reitera esa idea y afirma que lo más probable es que el conflicto en Oriente Medio siga el guion habitual, "quedándose en una conmoción temporal y desapareciendo la prima de riesgo a corto plazo".

Con todo, Julius Baer cuestiona la narrativa que alerta del riesgo de escasez de suministro (lo que impulsaría los precios), ya que lo visto hasta ahora no confirma esto. En Estados Unidos, el almacenamiento de petróleo se mantiene en gran medida dentro de la norma estacional, mientras que en China las existencias de petróleo crudo han aumentado significativamente. La producción nacional y las importaciones han superado la demanda de refino hasta ahora este año.

"Mirando hacia el futuro, vemos que la brecha entre la oferta y la demanda se está invirtiendo", afirma el experto del banco suizo. Si en septiembre se ponía énfasis en la fortaleza de la demanda frente a una oferta débil, ahora la oferta ya no adolece de esa debilidad, lo que está presionando los precios a la baja.

"Los recortes de producción de Arabia Saudí son en su mayoría compensados por un crecimiento en otros lugares. La política petrolera podría ver pronto un reinicio a medida que los principales productores de Oriente Medio apunten a una mayor producción. Además, Rusia relajó nuevamente las restricciones a las exportaciones de productos petroleros a medida que desaparecieron las escaseces internas. Vemos que los precios van a la baja y mantenemos nuestra opinión cautelosa", dice Norbert Rücker.

EL ORO HA SUBIDO UN 8%

El oro ha cerrado el mes de octubre con subidas del 8% y reconquistando el nivel de los 2.000 dólares por onza. En su caso, podría decirse que el impacto de la guerra ha sido evidente, ya que los inversores han buscado refugio dada la situación de inestabilidad geopolítica.

"Vemos que los precios del petróleo van a baja y reconocemos riesgos al alza en el oro"

Dice Norbert Rücker que el oro parece ser la única excepción en lo que se refiere a un impacto de la guerra más fuerte en sus precios, ya que estos han superado los 2.000 dólares la onza tras la noticia del inicio de la invasión terrestre en Gaza. "Dicho esto, hasta el momento no hemos sido testigos de una huida masiva hacia el oro por parte de buscadores de refugio seguro", añade.

El oro ha subido aproximadamente un 10% desde sus mínimos recientes, lo que, en comparación con períodos de shock geopolítico pasados, es un aumento bastante pronunciado. Rücker cree que esto está más relacionado con el sentimiento muy bajista del mercado justo antes de los ataques de Hamás contra Israel que con el conflicto en sí.

"Desde la perspectiva del mercado del oro, seguimos viendo el conflicto actual como un shock que está aumentando temporalmente la disposición de los inversores a pagar por el oro como activo seguro. Como resultado, reconocemos los riesgos al alza a corto plazo", concluye el economista de Julius Baer.

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