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Petróleo.

El contrato de futuro de mayo del petróleo West Texas se ha hundido un 305%, hasta -37,63 dólares el barril, ante su inminente vencimiento, previsto para este martes. Mientras tanto, el futuro de junio cotiza en 20 dólares, al caer un 12%, cuando lo normal es que el futuro del mes siguiente cotice entre 50 centavos y 1 dólar por encima. El crudo Brent, de referencia en Europa, cae un 6%, hasta 26,30 dólares.

Normalmente, la diferencia de precio entre el vencimiento inminente de un contrato y el del mes siguiente, denominado en el argot especializado 'contango', no suele superar el dólar.

Sin embargo, la situación excepcional en EEUU, con la economía paralizada y la capacidad de almacenamiento de petróleo al límite, han provocado este movimiento totalmente inusual en el mercado, alimentado también por las posiciones bajistas y el rolo (traslado) de los operadores hacia el contrato de junio.

La mayoría de los inversores ya se están centrando en el contrato de junio, lo que ha reducido el volumen de negociación y ha aumentado la volatilidad sobre el contrato de mayo, ha explicado Giovanni Staunovo, analista de UBS, según recoge CNN.

Durante la semana pasada, y después de que la OPEP+ acordara, el viernes 10 de abril, un recorte histórico de producción de 9,7 millones de barriles diarios, el West Texas se desmoronó más de un 20% y el Brent, un 13%. La mayor caída del West Texas se explica porque los productores americanos de esquisto, mediante la técnica de fracking, no han reducido la producción de manera tan importante como la OPEP+.

Con la demanda casi paralizada por el coronavirus, el volumen de petróleo almacenado en Estados Unidos, especialmente en Cushing, Oklahoma, está aumentando y las instalaciones están a punto de rebosar. Esto aumenta la posibilidad de que algunos productores americanos y canadienses puedan comenzar a pagar a los clientes para vaciar sus capacidades de almacenamiento, ha añadido Staunovo.

Los inversores están particularmente preocupados por el almacenamiento que alcanza la capacidad en Cushing, Oklahoma, el principal centro de operaciones de EE. UU.

La propia OPEP redujo la semana pasada su pronóstico de demanda mundial, que sitúa ahora en 92,82 millones de barriles diarios, 6,91 millones menos que en su estimación anterior. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) dijo que el coronavirus acabará este año con casi una década de crecimiento de demanda. "Incluso asumiendo que las restricciones de viajes se alivien en la segunda mitad del año, esperamos que la demanda mundial de petróleo en 2020 caiga en 9,3 millones de barriles al día frente a 2019, borrando casi una década de crecimiento", explicó el organismo.

RESCATE A LA INDUSTRIA DE ESQUISTO

El colapso de los precios del crudo estadounidense ha dado lugar a especulaciones sobre la posibilidad de que Estados Unidos pueda rescatar a la industria del esquisto ante el crash de la demanda y la falta de capacidad de almacenamiento. Las reservas siguen aumentando y también el temor a que algunos productores de esquisto bituminoso de Estados Unidos puedan quebrar.

Según explica Michael Hewson, director de análisis de CMC Marktes en Londres, EEUU quiere evitar la quiebra de algunos de los productores más pequeños, lo que supondría grandes pérdidas para varios bancos estadounidenses.

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