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El petróleo se ha girado a la baja este martes después de que el crudo Brent, de referencia en Europa, haya marcado máximos de tres años por encima de 80 dólares. Por su parte, el West Texas, de referencia en EEUU, ha superado los 76 dólares en los momentos más alcistas del día, aunque ahora cotiza por debajo.

El fuerte incremento que ha experimentado el precio del crudo en la última semana, que le ha llevado a situarse en su nivel más elevado desde 2018, "hace temer a los inversores que la alta inflación pueda no ser tan temporal como vienen defendiendo los bancos centrales y que pueda terminar afectando a la recuperación económica directamente, además de condicionar más de lo esperado las políticas monetarias, forzando a los bancos centrales a retirar sus estímulos antes de lo que sería deseable", advierte Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.

La fuerte revalorización del crudo está directamente relacionada con la crisis energética mundial, que podría hacer que la demanda de crudo aumente si el hemisferio norte experimenta un invierno frío, ya que muchos países no están preparados para afrontarlo, explica Craig Erlam, analista de Oanda.

"Si el impulso se mantiene, aumentará la presión sobre la OPEP+ para que acelere el ritmo de incremento de la producción, tras un recorte histórico de la misma a principios de la pandemia. Los planes de aumentar la producción en 400.000 barriles diarios cada mes harán que la producción vuelva a la normalidad a finales del próximo año, pero los últimos acontecimientos pueden obligar al grupo a acelerar el ritmo", añade este experto.

Según Erlam, lo último que necesita la economía mundial al entrar en un periodo invernal incierto es una crisis de combustible para rematar todo. "Sin embargo, es posible que los productores no se apresuren a tomar una decisión, ya que algunos podrían sentirse cómodos con los precios a estos niveles y otros querrían ver si otras restricciones acompañan a los aumentos de Covid que pesan sobre la demanda", precisan desde Oanda.

La subida de los precios del gas natural licuado (GNL) y del carbón, consecuencia de esta crisis energética, también podría impulsar aún más los precios del petróleo.

"La demanda de petróleo podría aumentar en 0,5 millones de barriles diarios adicionales, o el 0,5% de la oferta mundial de petróleo, ya que los altos precios del gas obligan a cambiar el consumo de gas por el de petróleo", explica Vivek Dhar, analista de materias primas de Commonwealth Bank.

"Esto va a tensar aún más los mercados del petróleo, sobre todo porque los aumentos de oferta de la OPEP+ siguen siendo bastante conservadores", precisa, añadiendo que los precios de la energía aún podrían subir a partir de aquí si el periodo invernal en el hemisferio norte resulta más frío de lo esperado.

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