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CCOO-UGT

La guerra en Ucrania ha acentuado la crisis energética que comenzó a finales de 2021, disparando los precios del gas, provocando una volatilidad extrema en el petróleo y haciendo que los consumidores paguemos más que nunca en el recibo de la luz. Sin embargo, muchos de los factores que han provocado esta situación ya se podían observar el año pasado: el aumento de la demanda de petróleo y gas durante la reapertura económica pospandemia, el incremento de los costes de los derechos de emisión de CO2 o el aumento de la competencia por el gas natural licuado (GNL) de Asia y Sudamérica.

Estos y otros problemas están provocando que los futuros del gas sigan estando en unos niveles muy altos, una situación particularmente grave para el Viejo Continente ya que, según la Comisión Europea, la Unión Europea importa el 90% de su consumo de gas. La situación es todavía más peligrosa cuando el 40% procede de Rusia, quien ha avisado que cortará el suministro a todos aquellos países que no paguen por él en rublos como ya ha hecho con Finlandia, Países Bajos o Polonia. Además, el país presidido por Vladimir Putin aporta en torno a un 30% del crudo que importa la UE y cerca del 50% del carbón, aunque la Comisión ya ha vetado la importación de este último.

Con el conflicto armado en Ucrania todavía sin resolver, la UE ha anunciado un acuerdo para reducir al 90% las importaciones de crudo ruso, así como la de cortar las compras de gas procedente de Rusia en dos tercios. Ambas acciones, si bien dejarán en el corto plazo su huella en las economías de los Veintisiete, forman parte del ambicioso plan comunitario ‘REPowerEU’, una propuesta basada en el plan ‘Fit for 55’, que busca aumentar la resistencia del sistema energético de la Unión, reducir las emisiones netas en un 55% para 2030 (en comparación con los niveles de 1990) y, en última instancia, conseguir la neutralidad climática en 2050.

En este contexto, desde Edison señalan que las energías renovables podría representar casi el 70% de la producción combinada de electricidad de la Unión Europea y Reino Unido en 2030, un aumento significativo respecto al 40% que calculan para el pasado 2021. Por ello, la consultora londinense cree que el entorno es más atractivo que nunca para apostar por empresas vinculadas a estas energías limpias.

APUESTA POR ENERGÍA SOLAR Y EÓLICA

Las tecnologías de generación de energía eólica y solar se han desarrollado considerablemente en los últimos 20 años y los costes se han reducido sustancialmente. Incluso antes de las recientes subidas de los precios de la energía, apuntan desde Edison, la economía de la energía solar fotovoltaica y la eólica terrestre resultaba favorecida en comparación con otras tecnologías de generación de energía, sin apoyo gubernamental, en todo el mundo.

“Entre 2010 y 2020, el coste medio ponderado de la energía (LCOE, por sus siglas en inglés) para la energía eólica terrestre se redujo en un 56%, hasta los 39 $/MWh, lo que está considerablemente por debajo de la gama baja de los combustibles fósiles, de unos 60 $/MWh, y de la correspondiente a las centrales térmicas de gas de ciclo combinado”, explica James Magness, director de Energía y Recursos de Edison.

Asimismo, según Edison, el LCOE de la energía solar fotovoltaica ha disminuido un 85% durante la pasada década, “la mayor cantidad de cualquier tecnología”, hasta los 57 $/MWh. Por su parte, el LCOE de la hidroeléctrica han aumentado durante el mismo periodo, un 16%, aunque siguen siendo de sólo 44 $/MWh.

“Ambas son tecnologías maduras y de nicho, y su economía suele depender en gran medida del emplazamiento del proyecto. El atractivo relativo de las energías renovables es aún más favorable en el actual entorno de precios elevados de los combustibles fósiles, con precios de la electricidad al por mayor aún superiores a 150 €/MWh (160 $/MWh) en muchos países europeos”, añaden desde la firma británica.

PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO

Según Edison, en los últimos 20 años, las energías renovables han representado más del 75% de las adiciones netas de capacidad en la UE-27 y el Reino Unido. De hecho, según cálculos de la consultora londinense, durante el periodo 2006-10, las energías renovables instalaron bastante más capacidad neta que cualquier otra tecnología de generación de energía, un 62%. Además, en el lustro 2016-20, las renovables representaron el 100% de las adiciones netas, y la eólica y la solar representaron más del 90% de ellas; solo Polonia es el único país que ha aumentado su capacidad térmica de carbón en los últimos cinco años.

Con estos datos en la mano, así como el progresivo cierre en diversos países de sus plantas térmicas de carbón y, más recientemente, de sus plantas térmicas de gas, Edison señala que está produciéndose un cambio significativo en la producción de energía en Europa (UE-27 y Reino Unido), con el 39% de la electricidad generada a partir de energías renovables en 2020, frente al 20% en 2010 y el 14% en 2000 (que era principalmente hidroeléctrica).

Asimismo, desde la firma británica señalan que el mercado eólico europeo podría crecer un 23% hasta 2023, con una capacidad total de 583GW, mientras que el ritmo de crecimiento del mercado solar podría alcanzar el 12% y una capacidad total de 615GW. Sin embargo, recalcan la importancia de invertir en la red eléctrica y en el almacenamiento de la energía, así como de promover mecanismos de financiación de PPA (‘Power Purchase Agreement’) corporativos, esto es, los acuerdos de compraventa de energía a largo plazo entre un desarrollador renovable y un consumidor, y proporcionar un mejor acceso a ellos a nuevos compradores como las pequeñas y medianas empresas.

Para Edison, este crecimiento de las renovables europeas, impulsado por un entorno normativo favorable, así como de unos precios de la electricidad estructuralmente más altos en los próximos años, “debería impulsar el valor en el sector, siendo los promotores de energías renovables los principales beneficiarios”. “Esperamos que parte de este valor repercuta en los fabricantes de equipos de energías renovables y, en menor medida, en los proveedores de componentes y servicios y en las empresas de redes y de almacenamiento de energía”, añaden.

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