El Gobierno de Estados Unidos sopesa reducir las importaciones de petróleo ruso, aunque admiten que esta medida traería consecuencias del lado del precio de los carburantes. Así lo anunció en un encuentro con los medios este viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca Jen Psaki.
"Estamos analizando opciones que podríamos tomar ahora mismo para reducir el consumo estadounidense de energía rusa, pero estamos muy concentrados en minimizar el impacto en las familias", afirmó en rueda de prensa, admitiendo que "si se reduce la oferta en el mercado global, aumentará los precios de la gasolina".
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Los temores ante el corte o la reducción de los suministros provenientes de Rusia está provocando que el petróleo cotice en zona de máximos no vistos desde hace varios años. El barril de West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EEUU, se sitúa en el entorno de los 115 dólares, mientras que el Brent ha superado los 118 dólares.
"La razón por la que el precio del la energía está subiendo no se debe a las medidas que ha tomado el presidente (Joe Biden), se debe a que el presidente Vladimir Putin está invadiendo Ucrania, y eso está creando una gran inestabilidad en el mercado mundial", insistió Psaki, que añadió que Biden "está intentando hacer es tomar todas las medidas posibles para mitigar el impacto de esto".
En esta línea, recordó que la Casa Blanca liberó parte de su reserva estratégica de petróleo con el objetivo de controlar los precios, una medida que se tomó de forma coordinada. "Tenemos una serie de opciones sobre la mesa que estamos considerando", advirtió.
"Pero en este momento, ciertamente, estamos tomando medidas para defender la democracia frente a la autocracia, para hacer frente a las acciones de un dictador brutal, pero es debido a sus acciones que nos encontramos en esta circunstancia", sentenció.
