Si creíamos que ya lo habíamos visto todo con Donald Trump y su particular forma de negociar, lanzando a su oponente contra las cuerdas, Arabia Saudí ha puesto en marcha una estratagema para que Rusia cambie de opinión sobre el petróleo que no desmerece en nada a las estrategias del presidente estadounidense. Los saudíes han 'roto la baraja' hasta el punto de propiciar lo contrario de lo que estaban buscando. Si se quería llegar a un acuerdo para hacer subir -o al menos mantener- los precios del crudo, Arabia Saudí ha dado un giro de 180 grados para provocar el hundimiento del petróleo después de que Rusia no se quisiera sumar a los recortes acordados por la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) a finales de la semana pasada.
"Es difícil entender lo que espera ganar (Arabia Saudí) atacando de esta manera, pero tal vez la idea es darle a Rusia una muestra de lo que le espera si no pacta con la esperanza de atraerla de nuevo a la mesa de negociación", reconoce Craig Erlam, analista de Oanda. "Es un movimiento audaz que, de momento, ha causado el caos en el mercado", añade.
Arabia Saudí anunció este fin de semana descuentos masivos en sus precios de venta oficiales de petróleo para abril y, según distintas fuentes, se estaría preparando para aumentar su producción por encima de la marca de 10 millones de barriles por día. Con esta medida ha provocado un desplome del crudo del 30%, hasta niveles de 30 dólares el barril.
"Putin no es de los que se echa atrás, aunque puede que tenga que hacerlo"
"Arabia Saudí quizás espera intimidar a Rusia con el hundimiento de precios, pero seguro que Rusia estará contenta de ver sufrir al crudo esquisto de EEUU", explica Neil Wilson, director de análisis de Markets.com. "Putin no es de los que se echa atrás, aunque puede que tenga que hacerlo. Ahora mismo no vemos un camino para que la OPEP+ se reconstruya, aunque la gravedad de la caída del crudo después de meses de debilidad podría obligar a los antiguos aliados a volver a la mesa", matiza Wilson.
Los expertos avisan de que llevará "mucho tiempo" volver a los niveles del crudo antes del desplome. "No es una brecha que se cierre fácilmente", aseguran desde Markets.com. "Junto a la destrucción de la demanda y la incertidumbre sobre el futuro crecimiento de la misma por el coronavirus, un colapso en la capacidad de la OPEP para controlar la oferta es algo 'ultra-bajista' para el crudo", precisan.
La mayor amenaza para los mercados ahora es el riesgo crediticio, ya que las compañías de esquisto de EEUU se enfrentan a un "muro de vencimientos" de deuda en los próximos trimestres. Los analistas anticipan que la industria de esquisto de EEUU sufrirá la peor parte de este colapso. En enero, Moody's ya advirtió acerca de unos "asombrosos" 86.000 millones de dólares en vencimientos de deuda que vencen en los próximos dos años, lo que deja al mercado de esquisto de EEUU expuesto a un alto nivel de riesgo de quiebra.
Berenberg también ve en la actuación de Arabia Saudí una "táctica de negociación diseñada para devolver a Rusia" a la mesa de negociación, al tiempo que avisa de que es poco probable que pare la "sangría" en el mercado a corto plazo. Recuerdan estos analistas que, además de no llegar a un acuerdo para realizar recortes adicionales en 1,5 millones de barriles diarios, la OPEP+ no renovó los recortes de producción actuales. "Esto significa que, a partir del 1 de abril, no habrá restricciones a la producción de la OPEP", recalcan.
Goldman Sachs, finalmente, rebaja sus previsiones de precio de crudo hasta 30 dólares por barril en el segundo y tercer trimestre de este año, con posibilidad de que caiga a 20 dólares en el peor escenario. El banco estadounidense habla de un "Nuevo Orden del Petróleo" y de la vuelta a las tensiones del pasado entre los productores de crudo de bajo coste (esquisto) y los productores de crudo de coste más alto, al tiempo que no prevé un acuerdo entre Rusia y la OPEP... por ahora.