A la hora de describir cómo ha transcurrido la primera mitad de 2020 en los mercados faltan adjetivos. La profunda huella de la pandemia de Covid-19 se mantendrá indeleble en numerosos aspectos de nuestras vidas y con toda probabilidad cambiará algunos para siempre, mientras que en la economía y las bolsas mundiales arrastrarán durante muchos meses los efectos de la crisis sanitaria y global que seguirá en el ojo del huracán hasta el cierre del año y bien entrado 2021. En este contexto, los expertos de BNY Mellon apuestan por activos seguros como el oro, cuya inversión prefieren ante, por ejemplo, el dólar, ya que “ofrece el atractivo de un activo real que no puede manipularse o desvalorizarse”. El metal amarillo ha tocado nuevos máximos en 2.055 dólares la onza.
Noticia relacionada
El oro amplía su récord por encima de 2.000 dólares y va a por los 2.300, según GoldmanTodo apunta a que los próximos meses serán escenario de nuevas oleadas de volatilidad, ya que los mercados y las economías seguirán muy influidas por el flujo de noticias en torno al Covid-19 y las autoridades continuarán jugando un papel crucial respaldando la actividad en todo el mundo. “Los 'safe havens' seguirán siendo protagonistas”, aseguran desde el banco de inversión estadounidense y creen que el metal precioso saldrá reforzado de la guerra de divisas que ya está en ciernes. En este sentido, indican que es una mejor opción frente al ‘billete verde’, ya que “el panorama cambiario justifica cautela: las grandes divisas mundiales compiten entre sí para ser la más débil y potenciar así la competitividad global de su economía”.
La onza de oro está bajo el foco con la rotura de la barrera de los 2.000 dólares, tras lo cual, como era previsible, se ha disparado por encima de dicho nivel el miércoles. Tras el alza del 33% en lo que va de año, los expertos de Mizuho, Deutsche Bank y Goldman Sachs, ven el precio de la onza de oro entre 2.100 y 2.300 “en un futuro inmediato”. “La inmensa incertidumbre que viven los mercados financieros, entre los brotes de coronavirus y la ralentización de la recuperación económica, el prolongado debate en el Congreso estadounidense sobre el paquete de estímulos fiscales y las amenazas a un acuerdo comercial entre EEUU y China, son un caldo de cultivo para los activos refugio, en que el metal precioso se lleva la palma”, comenta Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank.
QUÉ SECTORES MIRAR HASTA DICIEMBRE
BNY Mellon no se queda sólo con el metal amarillo y señala que "el abanico de estímulos fiscales y monetarios implementados por los gobiernos y los bancos centrales a nivel mundial han ayudado a apuntalar a los activos de riesgo”. Los inversores también han comenzado a anticipar cierta normalización económica a medida que se van retirando las medidas de confinamiento, y los datos de varios países de Asia y Oceanía resultan alentadores, al demostrar que esto puede lograrse sin un aumento consiguiente de los niveles de infección.
“Nuestra expectativa es que el Covid-19 continuará afectando a los mercados de cara al segundo semestre”, aseguran en una nota para clientes. “Por este motivo, tanto a corto como a largo plazo, la atención debería concentrarse en aquellos sectores menos susceptibles de sufrir las medidas de confinamiento y el ciclo económico”. Un grupo de empresas que ha vivido una crisis notablemente “buena” son las grandes tecnológicas estadounidenses (conocidas como FAANG), cuyo valor a fin de mayo de 2020 era el doble del del índice FTSE 100. “Estas compañías suelen tener abundante liquidez —con lo que sus balances están saneados— y la naturaleza de su negocio las ha ayudado a capturar cuota de mercado de rivales con modelos más tradicionales”, indican desde la entidad. “Así, no solo han capeado el temporal relativamente bien, sino que también han encabezado el rally subsiguiente”.
Por otra parte, es probable que las farmacéuticas sigan recibiendo más recursos para curar enfermedades como el COVID-19, “pero deberíamos concentrarnos en empresas de calidad a la vanguardia de la innovación”, avisan, ya que “será un factor diferenciador clave”. Por lo que respecta al sector de consumo, “las marcas ya establecidas podrían ser mejores candidatos de inversión”. Aunque las cotizaciones en las áreas más cíclicas de la economía (como aerolíneas, hoteles y restaurantes) han estado más deprimidas debido al impacto directo del confinamiento, es probable que recuperen el terreno perdido “a medida que el mercado rota hacia estas acciones al repuntar la economía”, comentan. “Aquí actuaríamos con cautela, considerando solamente a los potenciales supervivientes en el mundo pospandemia, y solo a empresas que muestren fundamentales sólidos y fortaleza financiera”, redondean desde BNY Mellon.