El precio del petróleo se encuentra actualmente en sus niveles más bajos desde 2010. Los motivos de esta caída son muy diversos pero, más allá de las causas, lo que sí es cierto es que está bajada de precios tiene ganadores y perdedores. Y España está en el lado de los que se verán beneficiados.
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Los países con gran dependencia energética, como es el caso de España, serán los más beneficiados. Europa es la región que mayores importaciones de petróleo desde el exterior realizó en 2013, con 9,3 barriles de crudo al día y otros 3,3 millones de barriles de productos petrolíferos, según datos del informe World Energy. España consume de media 1,2 millones de barriles de petróleo cada día y apenas produce, por lo que supondrá un gran ahorro si los precios continúan bajos, aunque es muy difícil calcular el importe real, ya que el consumo y los precios fluctúan cada día.
China e India notarán en sus economías el cambio en los precios de crudo. Su factura energética es muy elevada e importan más petróleo que toda Europa junta: China importa 5,6 millones de barriles cada día y 1,2 de otros productos petrolíferos, mientras India compra 3,8 millones de barriles diarios.
También se verán beneficiados los conductores, aunque será en el futuro y el precio de la gasolina no verá reducido en la misma cantidad que el precio de petróleo; empresas industriales, aerolíneas y transporte por carretera; y algunas compañías de cobertura de riesgos por combustible, que operan con industrias en las que el precio del petróleo es clave y necesitan cubrirse ante una subida repentina.
QUIÉN PIERDE
Por el contrario, los exportadores y las petroleras verán reducidos sus ingresos. Algunos productores podrían incluso reducir la producción para tratar de mantener los precios, aunque los grandes exportadores, los 11 países de la OPEP, aún no han aplicado recortes en la producción y de momento están apostando por mantener las cuotas de mercado.
Las petroleras podrían ver un impacto en sus cuentas y ya han visto un impacto en el precio de sus acciones: las acciones de Repsol han caído un 16% desde junio y las de BP más de un 20%.
Otro perjudicado sería el Estado, que recibirá menos ingresos por los impuestos ligados al petróleo. Según los Presupuestos Generales del Estado para 2015, el Gobierno estima que el precio medio del crudo se situará en 106,2 dólares por barril y en 104,1 en 2015; si son inferiores, podrían reducirse los ingresos tributarios, aunque compensarían los beneficios por un coste inferior.