- Gil Manzano pitó un penalti que no era y no señaló otro que sí era
- El turco solo vio la amarilla por su agresión
Atlético de Madrid y Barcelona se medía este miércoles para ver quién se quedaba con una plaza en semifinales de la Copa del Rey. Los barceloneses, que llegaron con la ventaja del 1-0 de la ida, vieron como Fernando Torres marcaba a los 40 segundos, lo que metía al equipo del Manzanares de lleno en la eliminatoria. Pero, a partir de ese momento, el choque se convirtió en un encuentro de locos en el que los rojiblancos acabaron desquiciados.
AGRESIÓN CON UNA ZAPATILLA
Este nerviosismo llegó a su máxima expresión con Arda Turan no vio con buenos ojos que el árbitro no pitara lo que el turco consideró que era una falta clara. Entonces, el talentoso futbolista rojiblanco se quitó una bota y la arrojó contra el linier. El 'arma arrojadiza' no impactó en su objetivo, pero la acción, que fue vista por todo el estadio, le valió al turco la tarjeta amarilla.
El resto de sus compañeros se vieron impregnados por este desquicie. Sobre todo después de que el árbitro Gil Manzano no pitara una mana de Jordi Alba en el área que se habría convertido en el 3-2 y que propició la contra con la que el Barcelona marcó el 2-3 y certificaba su pase a 'semis'. De todos modos, el trencilla pitó un penalti a favor de los rojiblancos cuando Mascherano cometió una falta muy rigurosa fuera del área.
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