Los analistas se mojan: ¿se acabó la crisis en España? 'Decir que hemos salido de ella es una falta de respeto'

Lo cierto es que, por el momento, la palabra recuperación no suele ir acompañada de adjetivos positivos, sino más bien todo lo contrario: “débil, moderada, frágil, desigual, inestable...” Calificativos que, al mismo tiempo, conviven con la idea de que “lo peor ha pasado” y de que vamos por el “buen camino.”

Eso sí, siempre sin olvidar las dos grandes “lacras” a combatir: el altísimo desempleo y los elevados niveles de endeudamiento, que obligan a los ciudadanos de a pie a “apretarse el cinturón” una y otra vez, a aceptar dolorosos recortes y a vivir en un constante estado de “poner la otra mejilla”.

Así las cosas, ante esta dualidad, Bolsamanía le ha preguntado a cinco analistas si, a la vista de todos estos “temores”, ¿hemos salido o no de la crisis? Y lo cierto es que, como se suele decir en España... “la cosa va por barrios”.

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“DE LA CRISIS EN MAYÚSCULAS ME TEMO QUE AÚN NO HEMOS SALIDO”

José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, opina que “de la Crisis en mayúsculas me temo que aún no hemos salido. Y con esto me refiero a su principal consecuencia: el desempleo.

Es cierto que estamos comenzando a ver indicios de mejora

Pero, sí es cierto que estamos comenzando a ver indicios de mejora. Una mejora cíclica que no debe llevarnos a perder el horizonte: necesitamos seguir apuntalando estos indicios de recuperación con más medidas estructurales, con una política fiscal eficiente y con una política monetaria laxa”.

Considera este experto que “naturalmente, no todo depende de España. A nivel europeo hay mucho trabajo por realizar para lograr la coordinación financiera y fiscal, tomar decisiones claras hacia la coordinación política. Y debemos tener suerte con respecto a los riesgo geopolíticos”.

“SERÍAMOS MUY CAUTOS ANTES DE DECIR QUE LA CRISIS ESTÁ YA OLVIDADA”

Por su parte, Victoria Torre, responsable de Análisis y Producto de Self Bank, señala que “si hablamos específicamente de España, por un lado parece que es cierto que hay algunos signos de reactivación de la economía (…) pero aun así, los datos son aún muy débiles y las tasas de paro siguen en niveles muy elevados, sin que estos problemas vayan a solucionarse de la noche a la mañana”.

Es evidente que no podemos hablar de salida total de la crisis

Si contemplamos de forma más amplia la situación del conjunto de la zona euro, Torre explica que “es evidente que no podemos hablar de 'salida total de la crisis'. Solo hay que pensar en las últimas medidas que ha tenido que tomar el Banco Central Europeo (BCE) en sus últimas reuniones, habiendo reconocido la propia entidad que la recuperación económica está 'perdiendo fuelle'. Estas medidas solo se justifican por la imposibilidad que hasta el momento ha demostrado la economía de salir de su atonía, necesitando aún del importante apoyo del banco central”.

Ya, al otro lado del Atlántico, esta experta concluye: “En el caso de Estados Unidos, sí que parecen mucho más obvias las señales de recuperación, si bien, los mercados siguen recelosos y con muchos temores ante el momento de inicio de subida de tipos de interés. En conjunto, pues, y más si contamos con otros factores (ralentización de los emergentes, problemas geopolíticos, etc.) seríamos muy cautos antes de decir que la crisis está ya olvidada”.

“DECIR QUE HEMOS SALIDO DE LA CRISIS ME PARECE UNA FALTA DE RESPETO”

Mientras, Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios y Análisis de Asinver, piensa que “dada la situación actual, decir que hemos salido de la crisis me parece una falta de respeto y sensibilidad hacia millones de españoles en paro y otros tantos en situación de pobreza”.

Tajante, este analista añade: “Cuestión a parte es que técnicamente la economía española ya no se contrae e incluso se pueda reacelerar, pero por sí sola una cifra de PIB que muestre crecimiento no va a ser suficiente para acabar con la crisis actual”.

DEBEMOS HABLAR DE “DIVERGENCIAS A NIVEL MUNDIAL”

Al mismo tiempo, Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia de Renta 4, considera que debemos hablar de “divergencias a nivel mundial”. Por un lado, tenemos a Estados Unidos, cuyo crecimiento es “sólido y sostenido”, y, “en el otro extremo nos encontramos con la zona euro y emergentes”.

Estados Unidos y Reino Unido, en mejor posición que la Zona Euro

La clave, explica, son las distintas políticas monetarias: “Estados Unidos 'echó el resto'” y allí el crecimiento es “sostenido y el empleo se está recuperando; tres cuartas partes de lo mismo sucede en Reino Unido”. Y en el otro lado de la balanza, la zona euro: “El BCE ha tardado bastante en reaccionar”.

Con todo, ¿la crisis ha quedado atrás? “Va por barrios. Se ha avanzado mucho en determinadas economías, incluso en España (se han hecho los deberes, pero se podría hacer más)”. Nuestro país “va por el buen camino”, aunque “se va a tardar mucho en llegar a niveles razonables de paro”. Ahora bien, “no hay que dormirse, hay que seguir adelante con las reformas y que fluya el crédito, y eso es clave en toda la zona euro”. Asimismo, reconoce que “el ciudadano de a pie no nota mucho (de esta mejora), este es un proceso muy lento”.

“EL MUNDO CRECE DE FORMA ASIMÉTRICA”

Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter, afirma que “el mundo crece de forma asimétrica” y destaca que los mercados emergentes “se están desacelerando”. Coincide con Aguirre al subrayar el buen comportamiento de Estados Unidos y Reino Unido, y en el “saco” de los alumnos aventajados mete a Japón.

Reconoce asimismo que en la zona euro nos encontramos con “dos velocidades”: Francia, que necesita muchas reformas e Italia, que es otro gran problema, una “rémora”. Después, estaría Alemania, Irlanda y España que están “funcionando muy bien”.

En lo que respecta a España, sí se puede hablar de “salir de la crisis”. La economía está “acelerando”, crea empleo desde abril de 2013. Ahora bien, matiza, “hay bolsas de desempleo estructural por falta de formación” que será difícil eliminar. Por eso, hacen fatal “reformas serias” en lo que respecta a la fiscalidad, a las pensiones y a los territorios; y también culturalmente, hay que fomentar “la cultura del esfuerzo”.

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