• Estas personas dominan el lenguaje corporal y siempre sonríen
  • Saber rendirse es una virtud difícil de dominar
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Ser una persona persuasiva abre multitud de puertas. Este tipo de profesionales saben llevarse a su terreno a quien se les ponga delante, lo que se convierte en una habilidad única para jugar siempre con el viento a favor. Además, se hacen notar y siempre destacan más que quien no posee esta habilidad. Pero ser una persona persuasiva requiere esfuerzo y, sobre todo, prestar atención a una serie de detalles que son fundamentales a la hora de construir un discurso.

Los 15 hábitos para dominar el arte de la persuasión:

1- Conocer a la audiencia

Es muy importante con quién se habla para poder utilizar su lenguaje. Cada persona es diferente y conocer sus particularidades ayuda a construir el discurso adecuado para cada receptor.

2- Saben conectar

Es más probable que una persona presté más atención cuando tiene la sensación de estar frente a alguien con quien ha conectado. Hay que mirar a los receptores del mensaje como personas, y no como oponentes u objetivos, ya que no darán credibilidad a lo que se les dice si no se conecta a un nivel personal.

3- Evitan ser descarados

El éxito de convencer a una persona muchas veces reside en que el mensaje ha sido enviado de una forma discreta y disimulada, sin caer en el descaro o en el tono agresivo. Hay que conseguir que el receptor se encuentre lo más cómodo ante el discurso y tratar de evitar que pueda verse incómodo o, incluso, amenazado.

4- Tampoco hay que demasiado discreto

Por el otro lado, hay que evitar ser demasiado discreto. Sin caer en la presión, hay que defender una idea y dejar claro qué es lo que se piensa y lo que se quiere lograr.

5- Usan un lenguaje corporal positivo

Hay que acompañar el discurso con el lenguaje corporal, aunque siempre de forma positiva. Esto se consigue evitando transmitir tensión y dando la sensación de estar cómodos. También hay que utilizar un tono de voz enérgico, crear un contacto visual directo y no cruzar los brazos para poder ser más expresivos.

6- Son claros y concisos

Las personas que dominan el arte de la persuasión son capaces de transmitir sus ideas de una forma rápida y sencilla, sin dejar lugar a las dudas. Una de las claves para dominar este punto es conocer tan bien el discurso que sea posible explicárselo a un niño pequeño.

7- También son genuinos

Hay que ser genuino y positivo par ano dar la sensación de estar mintiendo o contando verdades 'a medias'. Las personas persuasivas se conocen y saben cómo explotarse de la mejor manera de cara a la audiencia. Dominar este punto convierte a los oradores en personas mucho más interesantes.

8- Conocen los otros puntos de vista

Persuadir significa que una persona convence a otra para que actúe de la forma en que desea. Esto quiere decir que saben a qué punto quieren llegar, pero es fundamental conocer también desde qué punto parten. Es fundamental escuchar y mostrarse interesado por lo que dicen los demás para poder saber sin ninguna duda qué es lo que piensan.

9- Hacen buenas preguntas

Muchas personas pierden la atención porque están más pendientes a lo que se va a decir que a lo que se está diciendo. Para evitar esto, es necesario hacer muchas preguntas. Además, da la sensación de estar aún más atento al interlocutor.

10- Dibujan un buen cuadro

Las personas persuasivas son capaces de recopilar toda la información y ordenarla de una forma tan plástica que parece que hayan compuesto un cuadro, una obra en la que todo está en su sitio y nada se escapa del control. Esta armonía es fácil de transmitir y hace que los receptores sean más receptivos a escuchar el discurso.

11- Dejan una muy buena primera impresión

Los siete primeros segundos condicionan la imagen que se tiene de una persona. Una vez pasada esta barrera, es más fácil persuadir a las otras personas. Pero no pasarla supone con tener que jugar en un escenario muy adverso, ya que casi todo lo que se diga va a ser mal considerado.

12- Saben cuando parar y retirarse

Persuadir no es insistir hasta morir. Las personas que dominan este arte saben cuándo deben parar y dejar de intentarlo antes de que sea tarde. Lo único que se consigue con la presión es que las personas se reafirmen en su punto de vista original.

13- Llaman a las personas por su nombre

El nombre es una parte fundamental de la identidad. La revista Forbes cita en un estudio que las personas se muestran mucho más receptivas cuando se las habla por su nombre, ya que crea un ambiente en el que se siente más cómodos y con más confianza.

14- Son agradecidos

Las personas persuasivas saben que el juego no consiste sólo en ganar batallas para que otros pierdan. Trabajan por conseguir lo que quieren, pero saben que también pueden aportar muchas cosas a otras personas, por lo que están atentas y se ofrecen a colaborar con los demás en todo lo que esté a su alcance.

15- Son personas que sonríen siempre

Estas personas son naturales, y lo saben. Al igual que saben que para gustar a otra persona y dar buena impresión hay que sonreír cuando se habla, ya que esta energía positiva tiene un camino de retorno. Además, sonreír ayuda a transmitir de que se está realmente ilusionado con lo que se defiende.

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