En su discurso inaugural del foro económico del Banco Central Europeo (BCE), que tradicionalmente se celebra en Sintra, pero que adopta un formato online durante la pandemia, la presidenta del organismo, Christine Lagarde, ha reiterado la postura del banco central de que el repunte de la inflación tiene un carácter transitorio. "La economía ha regresado del abismo, pero no está completamente fuera de peligro. Tras una recesión muy inusual, la zona euro está atravesando una recuperación muy atípica", ha arrancado Lagarde.

La subida del IPC ha centrado gran parte del discurso de la banquera central, quien ha hecho hincapié una y otra vez en el carácter transitorio de la presión de los precios que eventualmente desaparecerá. "Venimos de una década de fuertes fuerzas desinflacionistas que han deprimido todo el proceso de inflación. Y aunque la sólida recuperación está apoyando las tendencias de la inflación subyacente, lo que estamos viendo ahora es sobre todo una fase temporal ligada a la reapertura", ha señalado, para agregar que "los cambios estructurales podrían crear presiones tanto al alza como a la baja sobre los precios".

"Así pues, seguimos necesitando una orientación acomodaticia de la política monetaria para salir de la pandemia con seguridad y devolver la inflación al 2% de forma sostenible", ha subrayado la presidenta del BCE. "Esperamos que el PIB supere su nivel anterior a la pandemia a finales de este año -tres trimestres antes de lo que pronosticamos en diciembre pasado- y debería acercarse a reconectar con su tendencia anterior a la crisis en 2023. Desde su punto más bajo, la recuperación del PIB es la más pronunciada en la zona del euro desde 1975", ha relatado. "Este resultado es atribuible en gran medida a la respuesta combinada de la política monetaria y fiscal, que ha preservado tanto la demanda como la oferta".

La reapertura también está impulsando la inflación, que alcanzó el 3% en agosto y se espera que siga aumentando en los próximos meses. "La mayor inflación actual es en gran parte el resultado de dos efectos excepcionales", ha subrayado Lagarde.

La presidenta del BCE ha argumetado que la mitad de la inflación total de la zona del euro se debe hoy a los precios de la energía, que están recuperando el terreno perdido desde 2020. "También influyen los efectos de base de la reducción del tipo del IVA en Alemania el año pasado y el inusual calendario de los períodos de rebajas".

"De hecho, la baja tasa de inflación del año pasado y la alta tasa de inflación de este año equivalen, en promedio, a la tasa de inflación observada en 2019 antes de la pandemia. Por lo tanto, el nivel de precios actual es aproximadamente el mismo que si la inflación hubiera permanecido estable en su nivel anterior a la pandemia", ha asegurado.

Como segundo efecto, la exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha citado "los desequilibrios entre la demanda y la oferta en algunos sectores están haciendo subir los precios".

"Una vez que pasen estos efectos provocados por la pandemia, esperamos que la inflación disminuya", ha enfatizado Lagarde, quien ha asegurado que los efectos de base deberían desaparecer del cálculo interanual a principios del próximo año, "aunque estamos viendo nuevos aumentos en los precios del petróleo y el gas". De hecho, "mirando más allá de la pandemia, esperamos que la inflación converja lentamente hacia el 2%".

NUEVAS TENDENCIAS

Ha reconocido la presidenta del instituto emisor que hay "nuevas tendencias" que impactarán en la inflación. En concreto, se observan cambios en la demanda que plantean la "cuestión clave" de si la salida de la pandemia podría elevar las perspectivas de la demanda interna y contribuir así a un mayor dinamismo de la inflación de los servicios. "Vemos fuerzas que apuntan en direcciones diferentes", ha alertado Lagarde.

La pandemia también ha producido una considerable atonía en el mercado laboral. "El empleo se está recuperando rápidamente, pero hasta ahora hemos observado que la participación de la población activa está aumentando aún más rápido".

Asimismo, la pandemia ha provocado una gran conmoción en las cadenas de suministro mundiales y en los mercados laborales nacionales. Ha acelerado significativamente el proceso de digitalización, en siete años en Europa, según una estimación y puede tener consecuencias distributivas que provoquen cambios en los contratos sociales."A largo plazo, algunos de estos cambios podrían amortiguar las presiones inflacionistas", ha declarado la presidenta del BCE.

"La tercera tendencia -que probablemente sea la más importante pero menos explorada- es la transición verde, el cambio hacia una economía con bajas emisiones de carbono", ha apostillado.

Por todo lo anterior, el reto principal es garantizar que el banco central no reacciona "de forma exagerada a las perturbaciones transitorias de la oferta que no tienen relación con el medio plazo, al tiempo que alimentamos las fuerzas positivas de la demanda que podrían elevar la inflación de forma duradera hacia nuestro objetivo de inflación del 2%", ha concluido la banquera central.

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