El informe de inflación de Reino Unido del mes de marzo ha arrojado una cifra del IPC por encima de lo esperado, al dispararse hasta el 7%, desde el 6,2% de febrero, lo que amplía el máximo de 30 años de este indicador, al ubicarse en su dato más elevado desde marzo de 1992. El consenso de mercado preveía un repunte hasta el 6,7%. La inflación subyacente también ha superado las previsiones del 5,4% y ha avanzado hasta el 5,7%, cinco décimas más que el 5,2% del mes pasado.
En términos mensuales, la presión de los precios ha escalado al 1,1% desde el 0,8% anterior y la subyacente lo ha hecho al 0,9%, desde el 0,8% del mes de febrero.
Al mismo tiempo, la tasa general de los precios de producción entrante y saliente experimentó en marzo crecimientos anuales respectivos del 19,2% y el 11,9%, siendo las materias primas de metales y el petróleo los que más contribuyeron al alza. A escala mensual, la tasa de los datos de producción se elevó al 2,0%, y al 5,2%, respectivamente.
"Estos datos dejan la posibilidad muy real de que veamos una prueba de los máximos de 1991 del 8,3% a mediados del verano", comenta Michael Hewson, jefe de análisis de CMC Markets.
"Este es el sexto mes consecutivo de aumento de la inflación, y los datos reflejan la situación actual de millones de personas: facturas más elevadas en todo tipo de productos, desde la gasolina hasta los alimentos y el combustible, y menos dinero al final de cada mes para invertir en su futuro", señala Colin Dyer, analista de abrdn.
"Las condiciones actuales serán especialmente duras para quienes dependen de los ahorros en efectivo, que corren el riesgo real de perder valor en "términos reales" a medida que aumenta la inflación. Para ponerlo en perspectiva, 10.000 libras de ahorros en efectivo guardados hace cinco años podrían comprar hoy 800 libras menos, valor que acaba de ser eliminado por el desgaste de la inflación", agrega el experto.