La moral empresarial alemana cayó más de lo esperado en julio, ya que los altos precios de la energía y la amenaza de la escasez de gas pesan sobre la mayor economía de Europa, según mostró una encuesta el lunes.
El instituto Ifo dijo que su índice de clima empresarial era de 88,6 tras una lectura revisada a la baja de 92,2 en junio, cuando el indicador, muy vigilado, había caído más de lo esperado.
El IFO dibuja el mismo panorama que el PMI, que también cayó en julio, "que es el de una economía alemana deprimida", dicen los expertos de Pantheon Macroeconomics. La caída del índice general, a su nivel más bajo desde junio de 2020, fue impulsada por una caída del indicador de expectativas, a 80,3 -su nivel más bajo desde el punto álgido del primer bloqueo de la pandemia-, desde 85,5, "aplastando las esperanzas de que se estaba estabilizando el mes pasado y confirmando nuestra opinión de que un repunte parece lejano", añaden.
"Es probable que el índice de expectativas siga en territorio de recesión durante un tiempo", avisan los expertos. El índice de las condiciones actuales también descendió, hasta 97,7 desde 99,4. La caída del ICB fue generalizada por sectores. La confianza en el sector manufacturero volvió a caer bruscamente en territorio negativo, hasta -7,1 desde 0,0 en junio, "lo que no es una sorpresa dado el reciente recorte de los flujos de gas, aunque en parte se deba a razones de mantenimiento", valoran los economistas de Pantheon.
En el sector de los servicios, el índice ha sido el que más ha caído, 9,9 puntos, hasta el 0,9, pero la confianza está más deprimida entre las empresas minoristas; el índice ha alcanzado un mínimo de seis meses, de -21,6, tras el -14,7 de junio. En el sector de la construcción, el ICB cayó a un mínimo de cuatro meses de -17,0 desde -9,7 en junio. En resumen, "no vemos ninguna razón para cambiar nuestra opinión de que la economía alemana está entrando en una recesión técnica", subrayan los expertos.