- Existe una larga lista de riesgos que los inversores están ignorando
- Preocupa Europa, Estados Unidos, Ucrania, las economías emergentes, Japón...
Éste ha sido un año inusual para la economía mundial, que ha estado caracterizado por una serie de riesgos no anticipados en el mercado, tanto económicos y geopolíticos, y lo más probable es que éstos continúen así en el último trimestre del año.
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El gurú de Wall Street, Mohamed El-Erian, asegura que el desenlace de estos sucesos tendrá un impacto importante en la efectividad de las políticas públicas, entre otros aspectos. Así pues, ¿por qué las bolsas parecen estar en un mundo paralelo?
Los mercados, indiferentes al crecimiento poco satisfactorio de las economías avanzadas y economías emergentes o a las tensiones geopolíticas crecientes en Europa del Este y Oriente Medio, han cosechado récord tras récord en 2014.
De esto asegura El-Erian que "esta impresionante evolución ha ignorado una serie de relaciones históricas, incluida la larga correlación entre el comportamiento de las bolsas y los bonos. De hecho, la correlación entre los diferentes tipos de activos financieros ha sido atípica y, algunas veces, inestable".
También se fija el ex consejero delegado de PIMCO en el diseño de las políticas. "La cohesión de la política monetaria de los países avanzados está dando lugar a un sistema de múltiples vías, en el que el Banco Central Europeo (BCE) acelera el ritmo de sus estímulos, y la Reserva Federal (Fed) estadounidense lo apacigua". Estos factores hacen que la economía global llegue con gran incertidumbre en diferentes áreas al último trimestre del año.
El panorama en los próximos meses se vislumbra amenazador pues hay conflictos geopolíticos crecientes que se acercan a un punto crítico, según el propio El-Erian.
Pero, más allá de ésto, existen una serie de "perturbaciones sistémicas graves" en la economía global. Sobre todo en Ucrania, donde Rusia y Occidente todavía no han encontrado una manera de calmar las tensiones. Sin avances, es probable que una nueva ronda ineludible de sanciones que provoque una recesión en Rusia y Europa, lo que dañará la actividad de la economía mundial.
Aun sin dichas complicaciones, advierte el experto, no será fácil dar dinamismo a una recuperación económica cada vez más lenta en Europa. A fin de posibilitar los avances, el presidente del BCE, Mario Draghi, ha propuesto una gran negociación política a los gobiernos europeos: si ponen en marcha reformas estructurales y aumentan la flexibilidad fiscal, el banco central ampliará su balance para impulsar el crecimiento y combatir la deflación.
"Si los estados miembros no cumplen con su parte del acuerdo, al BCE no le será fácil soportar la carga política, lo que lo expondrá a fuertes críticas y presiones políticas", asegura El-Erian
Al otro lado del Atlántico, la Reserva Federal está preparada para abandonar su flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), por lo que el impulso de la economía dependerá totalmente de las tipos de interés. "Suspender la QE, no sólo es impopular entre los responsables políticos, sino que también ha generado inquietud debido al riesgo de una mayor inestabilidad financiera y una desigualdad creciente, dos cosas podrían socavar la ya de por sí frágil recuperación económica de los Estados Unidos", apunta este analista. Y la situación se complica más debido a las elecciones del congreso estadounidense en noviembre.
Mientras tanto en Japón se pone a prueba la paciencia del sector privado con la estrategia de las tres flechas del primer ministro, Shinzo Abe, para revitalizar la largamente estancada economía, la llamada "Abenomícs”, en particular en lo referente a la implementación tan esperada de reformas estructurales para complementar el estímulo fiscal y la flexibilidad monetaria.
Con respecto a las economías emergentes están en riesgo de experimentar una incertidumbre considerable. Las elecciones presidenciales de Brasil en octubre serán decisivas para determinar si el país avanza hacia un nuevo modelo de crecimiento más sostenible o se estanca más en una estrategia económica en gran parte agotada que refuerza sus tendencias hacia la estanflación.
La fuente final de incertidumbre proviene del sector corporativo. En lo que va del año, las compañías sólidas han estado perdiendo poco a poco control económico, cambio notable respecto del desempeño opuesto al riesgo que había prevalecido desde que se produjera la crisis financiera mundial, según El-Erian. La cuestión es si las compañías destinarán más efectivo a nuevas inversiones a instalaciones, equipo y personal, fuente principal de apoyo a la economía mundial.
Ésta es una lista demasido amplia de riesgos. Sin embargo, los actores de los mercados los han ignorado en gran medida, al igual que han dejado de lado los riesgos actuales más importantes e ignorado la volatilidad potencial que conllevan.
En cambio, los inversores han confiado en el apoyo constante de bancos centrales, convencidos de que las autoridades monetarias en última instancia lograrán transformar el crecimiento inducido por políticas en verdadero crecimiento. Además, por supuesto, se han beneficiado considerablemente de la movilización de dinero corporativo.
Ante este escenario, sentencia Mohamed El-Erian, que en los siguientes meses el optimismo que reina en las bolsas puede resultar justificado pero, por desgracia, lo más probable es que las perspectivas de los inversores resulten demasiado optimistas.
Y así las cosas, las bolsas europeas continúan en verde a excepción del Ftse 100 londinense. El Ibex 35 suma un 0,81% y se acerca a los 10.950 puntos.
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