El Real Madrid ha vencido por 0-2 al Schalke 04 en el partido de ida de octavos de final de la Champions League y encarrila su pase a cuartos con dos tantos de Cristiano Ronaldo y Marcelo.

Los de Ancelotti han sacado un gran resultado apelando a la ley del mínimo esfuerzo. No se repitió el humillante 1-6 de la temporada pasada, pero también es cierto que un rival de mayor entidad quizás habría puesto en mayores apuros a los blancos -hoy de rosa- que solo sufrieron con un disparo al larguero de Platte.

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El resto, coser y cantar para los merengues, que no recuperaron las buenas sensaciones, pero el potencial ofensivo da para ganar fácilmente partidos de este tipo. Después de casi media hora de intentarlo con pelotazos al área, se internó Carvajal, al que dejaron todo el tiempo del mundo para pensar, y puso un centro al corazón del área para que Cristiano abriera la lata.

El portugués saltó sin oposición y dirigió un gran testarazo al fondo de la red. También participó en el segundo, con una gran jugada antes de asistir a Marcelo, pero en líneas generales no tuvo la presencia ofensiva que demostró en el primer tramo de la temporada. Le falta frescura y eso, en un jugador de sus características, se nota.

MARCELO AMPLÍA LA VENTAJA CON UN GOLAZO

En la segunda mitad, el Real Madrid siguió la fórmula de la primera. Control del balón, no conceder espacios atrás y colgar balones hasta que se abra la defensa. Lo que si mejoró es que esos balones fueron en mayor número por el suelo, lo que facilitó ver algunas llegadas más certeras.

Con poco esfuerzo pero mucha efectividad, el Real Madrid se plantaba delante del muro alemán y fruto de la insistencia llegó la jugada de Cristiano, que cedió para que Marcelo firmara el golazo de la noche, con un potente derechazo directo a la escuadra.

Con este resultado el equipo blanco tendrá un cómodo partido de vuelta dentro de dos semanas en el Santiago Bernabéu, aunque mucho tendrá que mejorar para la siguiente ronda si quiere vencer a rivales de más nivel. Para entonces, se esperan a Ramos, James y, sobretodo, Modric y entonces será otra historia.

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