El reciente máximo de un mes del euro contra el dólar y su recuperación desde los mínimos de 22 meses del 7 de marzo -pese al retroceso del 1% que acumula desde entonces- han hecho que más de un inversor lance las campanas al vuelo y apueste por una prolongación del rally hasta 1,13 dólares, donde cotizaba antes de la invasión rusa de Ucrania. Pero es muy pronto para dejarse llevar por el optimismo, alertan los expertos, ya que se ciernen demasiadas amenazas sobre la divisa comunitaria y "es más fácil que vuelva a los 1,08 dólares".
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El euro amplía su máximos de un mes contra el dólar entre la inflación y la guerraEsta es la previsión de Nomura para el euro/dólar, que "se mantendrá bajó presión en abril", atrapado entre la guerra, la inflación y la actuación del Banco Central Europeo (BCE). Además, "el consumidor europeo sigue enfrentándose a una crisis de confianza y los precios de la energía están muy por encima de los niveles normales", aducen los analistas del banco nipón.
A lo anterior se añade que, en el momento actual, el mercado prevé un ciclo de subidas de tipos más agresivo por parte de la Reserva Federal (Fed) de EEUU y sólo ha empezado a especular con la idea de que el BCE mueva ficha, atosigado por la desbordada inflación de los países de la zona euro.
Es cierto que "el rebote del euro se ha visto reforzado en los últimos días por las expectativas de que el supervisor monetario se muestre más activo a la hora de endurecer su política monetaria en respuesta a los riesgos de inflación al alza", explican los expertos de MUFG. Sin embargo, las ganancias de la moneda comunitaria "probablemente sean limitadas mientras el banco central se mantenga cauto" puntualiza por su parte Commerzbank.
Hasta que no desaparezca el riesgo de una crisis energética y los considerables efectos económicos derivados de la guerra de Ucrania, el BCE probablemente dudará en comprometerse claramente en la lucha contra la inflación, agrega la analista de divisas de Commerzbank, Antje Praefcke, en una nota. "Por lo tanto, como resultado, también pasará un tiempo antes de que el euro pueda apreciarse de forma sostenible".
Sin ir más lejos, la presidenta del organismo, Christine Lagarde, ha declarado que el instituto emisor sólo "se moverá gradualmente para normalizar la política" frente a una inflación que ha dejado a los halcones del Consejo de Gobierno boquiabiertos, y que "la primera subida de tipos no se producirá antes del final de las compras netas del BCE". Pero no está previsto que los estímulos terminen antes del tercer trimestre, por lo tanto, "el BCE está cometiendo ciertamente el mismo error que la Fed, y puede pagar un alto precio por dar una respuesta insuficiente", indica Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote. "Y la falta de respuesta está en fase de convertirse en un riesgo importante para las economías europeas", agrega.
En cuanto al euro, cree el experto que "los riesgos se inclinan hacia el alza, pero esta se ve limitada por una respuesta sorprendentemente dócil del BCE a la amenaza que supone la estabilidad de los precios en Europa". Con todo, desde MUFG avisan de que el mercado ya está descontando tres subidas de 25 puntos porcentuales en julio, septiembre y diciembre. "El cambio de postura del BCE ha sido alentado en parte por la evidencia de que el golpe de la guerra en Ucrania a la economía de la eurozona, al menos inicialmente, no parece tan grave como se temía", explican estos expertos.
Nomura añade, por su parte, que uno de los factores que efectivamente podría catapultar la moneda es un alto el fuego duradero en Ucrania, "siempre y cuando el ciclo de subidas de la Reserva Federal se haya descontado en gran medida y tengamos un BCE más duro". En este escenario, prevén que la divisa comunitaria intente tocar los 1,14 dólares hacia finales de año. Otros acontecimientos que barajan como acicates de la fortaleza del euro son "un aumento de las emisiones conjuntas de la Unión Europea, estímulos en la economía China o un paso al frente de la OPEP que relaje la presión en los mercados energéticos".