El tipo de cambio sin precedentes que ha alcanzado el cable (libra/dólar) el 26 de septiembre ha elevado la presión sobre el Banco de Inglaterra (BoE) de forma exagerada para que suba los tipos de prisa y, si puede ser, a lo grande. La paridad con el dólar, y tal vez también con el euro, se cierne sobre la moneda de forma abrumadora y ha precipitado actuaciones del banco central, del Gobierno del Liz Truss y hasta de la comunidad internacional. Pero la gran duda de numerosos analistas es si realmente está en su poder parar la sangría de la moneda.
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El BoE no dudará en subir los tipos en su próxima reunión tras la caída de la libraLos observadores se inclinaban por pensar que se avecinaba un anuncio inesperado por parte del supervisor de una subida de hasta un 1% en la tasa de interés. Sin embargo, los expertos de Pantheon Macroeconomics avisaban de que "los mercados estaban sobreestimando la posibilidad de que el Gobernador del BoE, Andrew Bailey, convoque una reunión de emergencia esta semana".
De hecho, el supervisor monetario ha emitido un comunicado el lunes señalando que el comité de política monetaria (MPC, por sus siglas en inglés) del banco central haría una "evaluación completa" en su próxima reunión programada en noviembre, "y actuaría en consecuencia". "El MPC no dudará en cambiar las tasas de interés tanto como sea necesario para que la inflación regrese al objetivo del 2% de manera sostenible en el mediano plazo, en línea con sus competencias", ha indicado.
Ciertamente, la libra esterlina se depreciará aún más si el Comité de Política Monetaria de 'la vieja dama de la calle Threadneedle' no actúa más pronto que tarde, ya que la próxima reunión es dentro de cinco semanas y media. Sin embargo, los analistas de TD Securities ya adelantaban que "una reunión de emergencia o unas subidas mayores no harán mucho más que provocar un rebote de la libra esterlina". La mera intervención verbal desencadenó el lunes una recuperación de la libra por encima del nivel de 1,09 dólares.
A Bailey "probablemente le preocupa que una subida de emergencia provocada por los movimientos de los mercados financieros siente un precedente poco útil", resumen desde Pantheon Macroeconomics.
Del otro lado de la balanza, la fortaleza del dólar añade leña al fuego y los expertos se preguntan si se puede dar algún tipo de acción coordinada de los bancos centrales, como tras la reunión del G20 en Shanghái en 2016. E, incluso, se remontan a las acciones de mediados de la década de los 80. "Los mínimos de varios años que se están viendo no son sólo de la libra esterlina, sino también del yen y del euro frente al 'billete verde', se remontan a 1985, cuando sólo la intervención multilateral de los gobiernos detuvo el avance del dólar, con el llamado Acuerdo del Plaza", afirma el director de inversiones de AJ Bell, Russ Mould.
"En general, la debilidad de la libra esterlina es en parte una función de las tensiones y presiones globales, así como de las domésticas", afirma este analista. Y cree que muchas de estas cuestiones, como el diferencial entre la Reserva Federal de EEUU, con los tipos al 3,25%, frente al BoE, quien los tiene al 2,25%, acabarán por corregirse. Invita también a que el Gobierno Tory haga sus deberes. "En teoría, la libra esterlina debería ser atractiva porque Reino Unido ofrece un estado de derecho, un banco central independiente, un poderoso ecosistema financiero centrado en la City de Londres, el idioma de los negocios del mundo y un huso horario global", explica. Y llama a "vigilar cualquier erosión de estos atractivos".
Su reclamo ha sido escuchado. El Tesoro británico emitió el lunes otro comunicado en el que ha afirmado que el canciller de Economía expondrá su Plan Fiscal de Mitad de Mandato el próximo 23 de noviembre. "El plan expondrá con mayor detalle las reglas fiscales del Gobierno, entre las que se incluye el asegurar que se mantenga la rebaja de la deuda, en proporción al PIB, a medio plazo".
En consecuencia, celebran los expertos que Bailey no se haya apresurado y haya emitido una declaración con el fin de ofrecer garantías de que el Comité de Política Monetaria subirá el tipo de interés bancario con un incremento muy grande de 75 puntos básicos, como mínimo, en noviembre. Los riesgos, sin embargo, se inclinan hacia una mayor depreciación de la libra esterlina a corto plazo.