La libra y el euro se mantienen bajo presión, ligeramente lastradas por el Brexit y por la rebaja de las perspectivas de crecimiento del Banco Central Europeo (BCE) para la Eurozona en 2018 y 2019. A la falta de motivos para canalizar una subida en las dos divisas europeas, se suma el giro de atención del mercado hacia el dólar y la inminente subida de tipos de la Reserva Federal (Fed) de la próxima semana.
Será el próximo evento que provoque vaivenes en los principales cruces, según los expertos. Ya no tanto por en incremento en sí, que está ampliamente descontado por el mercado, sino porque los inversores buscarán pistas sobre los planes del banco central de EEUU para el próximo año en la senda de la normalización monetaria.
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El BCE revisa a la baja sus previsiones de crecimiento para la zona euroHay mucha disensión en este punto, ya que las previsiones para el próximo ejercicio van de una a cuatro subidas por lo que se espera que el presidente de la Fed, Jerome Powell, "aclare su orientación de futuro", indica Michael McCarthy, analista de CMC Markets. El experto otorga un potencial de subidas al 'billete verde' frente el euro, la libra y el yen.
En cuanto a las monedas europeas, la divisa compartida, se muestra plana y sigue encapsulada entre los 1,13 - 1,14 dólares, franja en la que se ha movido desde finales de noviembre. La decisión de política monetaria del BCE dejó la certeza de un Mario Draghi más conservador, fruto de las revisiones a la baja del regulador y de la falta de concreción sobre las reinversiones de la ingente cartera de bonos del banco central. Los mercados ya empiezan a descontar que no haya subida de tipos hasta 2020, lo que son malas noticias para el euro.
La moneda única tampoco es ajena al drama del Brexit, que mantiene a la libra a merced de una elevada volatilidad. Las noticias no son nada halagüeñas y los analistas empiezan a avisar de que hay que prepararse para que el divorcio entre Londres y Bruselas acabe sin acuerdo. Por el momento, la UE se ha cerrado en banda a reabrir el melón y la primera ministra, Theresa May, se empecina en pedir más garantías.
La libra trata de sujetarse a los 1,26 dólares, pero los analistas apuntan nuevas caídas hacia los 1,23 dólares y los 1,20 dólares.