La hecatombe en los mercados financieros desatada por el coronavirus y una guerra en los precios del petróleo entre la OPEP y Rusia ha acelerado la subida del euro hasta los 1,15 dólares, un cambio que muchas casas de análisis habían ubicado como un objetivo de medio plazo. Los expertos estiman que la moneda única tiene posibilidades de prolongar su impulso alcista, con los 1,20 dólares como meta, pero avisan de que el comportamiento de la divisa está en manos del Banco Central Europeo (BCE) y de la decisión que adopte en su reunión de este jueves. Por ahora, el martes amanece en modo correctivo hasta los 1,1340 dólares.
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Más recortes de la Fed y el virus firman la defunción del reinado del dólarEl auge de la moneda compartida es de casi el 7% desde los recientes mínimos de cerca de tres años en 1,0775 dólares del 20 de febrero, hasta los máximos del lunes y los analistas de TD Securities prevén que en las próximas jornadas prosigan las ganancias “inspiradas en la cobertura de posiciones cortas”. Asimismo, otras firmas destacan este panorama “fuertemente alcista” en el corto plazo, con resistencias en los 1,16 y los 1,18 dólares”, que contrasta con las advertencias de que la subida de los últimos días abre las puertas a una corrección.
“El euro no tiene muchos argumentos desde los fundamentos para crecer, más allá de la bajada general del dólar”, avisa Adrián Aquaro, fundador de Trader College, para quien la divisa comunitaria ha entrado “en una importante zona de sobrecompra”. Las razones de la notable apreciación de la moneda residen en la depreciación del ‘billete verde’, de la mano de la acción de emergencia de la Reserva Federal (Fed), que la semana pasada recortó tipos en medio punto. Este movimiento, unido a las crecientes expectativas de mayores rebajas y estímulos por parte del supervisor monetario, han dinamitado las rentabiidades de los bonos a 10 y 30 años del Tesoro norteamericano, lo que ha borrado uno de los principales atractivos de la moneda de EEUU: los rendimientos altos. De hecho, el euro corrige a la baja este martes y cae un 0,8%, presa de gran volatilidad, a la vez que dibuja un amplio rango entre los 1,1450 dólares y los 1,1340 dólares.
Para numerosos analistas, además, la decisión del banco que preside Jerome Powell, pone presión en el Banco Central Europeo (BCE) y espolea a su presidenta, Christine Lagarde, para “poner a prueba su peculiar estilo en el cónclave del mes de marzo”, cuando la banquera central se enfrenta a su primer desafío a los mandos del supervisor oficial. Un momento que algunas firmas comparan con aquel ‘whatever it takes’ de su predecesor, Mario Draghi.
“Los crecientes temores del coronavirus han intensificado las expectativas del mercado sobre un amplio recorte de los tipos de interés de los bancos centrales de economías avanzadas, donde la Fed lidera las expectativas, con casi cuatro recortes de 25 puntos básicos descontados en los próximos meses”, comentan los analistas de Monex Europe. En contraste, “los inversores solo descuentan un recorte de 10 puntos básicos de los tipos de interés del BCE, dado el limitado espacio para ajustes monetarios más pronunciados desde un nivel de interés ya negativo de -0.5%”, agregan.
Este ajuste, por sí mismo, tiene un carácter más simbólico que efectivo para los expertos de DailyFX, por lo que descartan “que tenga el poder de limitar la reciente fortaleza del dólar a no ser que se combine con otras medidas e instrumentos para flexibilizar aún más la política ultraexpansiva del banco central. En este sentido, desde Monex Europe apuntan a la compra de activos corporativos-donde el BCE enfrenta menos dificultades técnicas que con los bonos gubernamentales-; los préstamos a largo plazo TLTROs y otros. “Sin embargo, el BCE se arriesga endurecer las condiciones de financiamiento si no cede a la rebaja de tasas anticipada por los mercados”, señalan, “pero Lagarde tiene como objetivo aplacar a los halcones a quienes les gustaría retrasar el estímulo y no quieren reaccionar exageradamente”, matizan por su parte desde TD Securities.
La Eurozona enfrenta notables probabilidades de inestabilidad financiera alimentadas por los temores de una posible recesión, tras el cierre de ciudades en el norte de Italia, la confirmación de nuevos casos en Alemania y el rápido contagio del virus a nivel global. Por este motivo, el banco canadiense cree que pese a la decisión que adopte el BCE, el euro acabará cotizando a la baja. Los inversores “recompensarán a las monedas de aquellos países cuyas autoridades estén tomando medidas claras para apoyar el crecimiento. Eso sugiere que la divisa compartida debería volver a rangos anteriores de precio alrededor de los 1,11 dólares una vez que se complete el proceso de liquidación de posiciones”.