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El mercado de las divisas sigue bailando al son de la fortaleza del dólar, cuyo índice de referencia ha reanudado su escalada por encima de 114,50. Este repunte se añade al drama doméstico del euro y la libra, y sigue presionando al yen, al yuan y a las monedas de países emergentes.
La moneda nipona se deprecia de nuevo a toda velocidad, camino a los recientes mínimos desde 1998 que abandonó tras la intervención del Gobierno nipón y pese a los esfuerzos de Banco de Japón y sus compras extraordinarias de bonos para sostener la curva de rendimiento. La libra se mantiene alrededor de 1,06 - 1,07 dólares, el euro ha ampliado sus mínimos de 20 años hasta 0,9520 dólares y el yuan también cae a mínimos desde 2008 tras superar los 7,2 frente al dólar.
Si bien el repunte del 'billete verde' es el gran responsable de la última oleada de ventas en todos sus cruces, el euro sufre presión adicional desde el frente de la guerra en Ucrania. Las fugas en los gasoductos más importantes, "a raíz de una serie de fugas que tienen el claro objetivo de interrumpir los flujos de gas procedentes de Rusia y los esfuerzos europeos por acumular reservas de gas se convierten en el centro de atención", indica Joshua Mahony, analista de IG.
Lo que parecen intentos de sabotaje se añade al hecho de que Rusia ya ha restringido gradualmente las exportaciones a través del gasoducto Nord Stream 1 y "esta última interrupción probablemente pondrá un límite a la cantidad de gas que Rusia proporcionará a Europa durante todo este próximo invierno", avisa el experto.
Por otro lado, las noticias que llegan desde Italia, donde la ultraderecha de Giorgia Meloni encabezará una coalición de gobierno conservadora, mantienen a los operadores fuera de la moneda comunitaria, por miedos a que las posibles tensiones con la Unión Europea (UE) lastren aún más la zona euro.
En Reino Unido, al drama de la libra, a la promesa de elevar los tipos de interés a un ritmo sin precedentes y a la política que algunos expertos califican de "fantasía" del Gobierno de Liz Truss, se suma una declaración también sin antecedentes del Fondo Monetario Internacional (FMI). La entidad supranacional ha lanzado un mordaz ataque contra el plan del Reino Unido de aplicar recortes fiscales financiados con la deuda por valor de 45.000 millones de libras, instando al Gobierno a "reevaluar" el plan y advirtiendo de que el paquete "sin objetivos" amenaza con avivar la inflación.
El Fondo ha avisado que estaba "siguiendo de cerca" los acontecimientos en el Reino Unido y que estaba "comprometido con las autoridades" después de que el canciller de Hacienda Kwasi Kwarteng desvelara los recortes fiscales la semana pasada, provocando un colapso en el valor de la libra esterlina y un aumento de los costes de endeudamiento del país.
En cualquier caso, los expertos insisten en señalar que el principal motor es el dólar, que "está muy caro y los mercados están valorando que en enero se produzca el fin del gran ciclo de alzas de la Reserva Federal", comenta Ben Laidler, estratega de mercados de eToro. "Pero las grandes subidas de tipos hasta entonces y la alta aversión al riesgo de los inversores mantiene al dólar como el activo elegible, mientras que las tendencias en muchas otras divisas son malas", explica.
"Con el aumento de los riesgos de recesión, los tipos de interés reales fuertemente negativos y las tensiones con el incremento del gasto fiscal, los responsables políticos pueden pisar verbalmente los frenos del dólar en la reunión de ministros del G20 del 14 de octubre. Pero esto solo sería un alivio temporal hasta que los catalizadores fundamentales se relajen. Mientras tanto, muchas valoraciones, como la de la libra esterlina y del euro, todavía no están baratas", añade el experto.