El mercado espera la primera cita con el Banco Central Europeo (BCE) del año con la certeza de que no habrá nada nuevo en la política monetaria de la entidad este mes de enero. Sin embargo, los analistas han optado por aplazar los aumentos de tipos hasta la segunda mitad de 2020, lo que unido a la ralentización económica presenta riesgos a la baja para el euro.
Noticia relacionada
El mercado asume que el BCE no podrá subir tipos antes de 2020Sin embargo, el mercado se ha ido preparando para este aplazamiento en el inicio del abandono de las tasas negativas y hasta indican que existe un gran riesgo en que estas se perpetúen más allá del año próximo. La desaceleración ha afectado a las cuatro economías principales de la región: Alemania, Francia, Italia y España. Cada país enfrenta dificultades específicas, pero los cuatro han registrado una caída sincronizada en sus indicadores de actividad.
Esperan los analistas que Draghi tome buena nota, reconozca que los riesgos de desaceleración, cuando no de recesión, que se consideraron temporales en diciembre, probablemente duren más de lo esperado. De ser así, los expertos de Ebury indican que "se desestimará cualquier aumento de tipos en 2019". Se sorprenden también que la moneda haya aguantado los 1,13 dólares ante todas estas previsiones negativas, pero BofA Merrill Lynch no apuesta porque los efectos del contenido de la reunión del BCE persistan en la divisa comunitaria.
Con todo, este miércoles el euro logró avanzar hasta niveles por debajo de los 1,14 dólares, dibujando un rango que mantiene este jueves. Los analistas de Sucden Financial indican que el movimiento alcista de la moneda europea se ha visto alimentado por la debilidad del dólar a causa de "las preocupaciones sobre el crecimiento mundial, las disputas comerciales con China y el cierre del Gobierno de EEUU".
Del retroceso del 'billete verde' ha sacado buena tajada la libra, que ha estirado sus máximos de más de dos meses y medio del miércoles hasta un nuevo hito en las inmediaciones de los 1,31 dólares. La moneda sigue animada por las perspectiva de que el próximo martes la Cámara de los Comunes vote una enmienda para evitar un Brexit sin acuerdo.