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Monedas de euro sobre la bandera de la UEpicture alliance / Uli Deck/dpa - Archivo

La presión bajista que sufre el dólar se ha agravado en este arranque de mes, cuando el euro ha acariciado el cambio de 1,20 dólares, precio no visto en dos años y medio, y el índice que mide su desempeño se ha tocado mínimos de dos años. El 'billete verde' no ve mejorar su panorama en septiembre tras cerrar su peor mes de agosto de los últimos cinco años y encadena cuatro meses de declive constante contra un euro que se ha cambiado de manos en 1,1997 dólares.

Los inversores han seguido vendiendo dólares después del cambio sobre la política inflacionista de la Reserva Federal de EEUU. El presidente del banco central EEUU, Jerome Powell, anticipó un giro más acomodaticio de su política monetaria el pasado jueves, que se espera repercuta en un alza de la inflación y en que los tipos de interés se mantengan bajos por largo tiempo. “Si se espera que el poder adquisitivo interno del dólar se erosione más rápidamente (ya que eso es la inflación) es difícil asumir que mantendrá su poder adquisitivo en el mercado cambiario en el largo plazo”, argumentan los economistas de Commerzbank.

Este panorama, sumado al impacto del coronavirus en EEUU y a las tensiones políticas derivadas de la carrera electoral hacia la Casa Blanca, con las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, ha llevado a las principales casas de análisis a revisar sus objetivos para el dólar y algunas vaticinan una depreciación de hasta el 36%. Sin embargo, desde el punto de vista del análisis técnico, "la confirmación de un cambio de tendencia pasa por ser capaz de superar la importante resistencia que presenta en los máximos de 2018: los 1,2555", apunta José María, analista de Bolsamanía. "Desde ese momento sí quedaría confirmando un cambio de tendencia en términos de medio y de largo plazo", sostiene.

"El dólar viene cayendo aceleradamente, en parte por la emisión de la que es objeto, y también por la búsqueda de activos algo más agresivos por parte de los operadores", indica Adrián Aqquaro, analista de Trader College. En contraposición, el euro sube un 7% en lo que va de año y un 13% desde los mínimos en marzo. El declive del dólar llega a tal punto que, por ejemplo, "la libra esterlina se encuentra totalmente ajena a la situación del Brexit, que está jaqueando a Reino Unido.

La libra no deja de tocar máximos anuales, y parece apuntar, por ahora desde lejos, a la zona de 1,35 dólares que alcanzó el pasado 12 de diciembre, con la victoria del ahora prudente Boris Johnson", comenta Aquaro. "La salida de la Unión Europea parece perfilarse de mal modo para los británicos, y como es habitual hay idas y vueltas, amenazas de portazos, declaraciones cruzadas, y por supuesto no existe acuerdo alguno. La impresión que da, nuevamente, es que todo quedará en la nada hasta dentro de mucho tiempo", agrega.

El yen también crece, aunque en su caso los máximos del año están lejos. La monda nipona tuvo sus mejores horas en marzo, en el peor momento de la crisis bursátil de esos meses, y ahora se ubica a mitad de camino entre dichos niveles, cercanos a 101.00, y la zona de 110.00. El precio actual del yen refleja, por un lado, la debilidad del dólar; por otro, la preocupación que genera la sucesión de Shinzo Abe al mando de Japón. Abe renunció el viernes aquejado por temas de salud.

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