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No hay casi debate a la hora de afirmar que el principal dinamizador de las plazas financieras en los últimos meses ha sido el aumento de la inflación global. En el mercado de las divisas, la forma en que los bancos centrales se han aproximado al galopante avance de los precios y cómo han ido dejando de subestimar sus efectos estructurales también ha marcado la marcha de las monedas. Estos dos vectores: presiones inflacionistas y política monetaria, serán los principales ejes a considerar por los inversores en Forex en 2022, según Ebury.

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“La persistencia y la magnitud que alcance el exceso de crecimiento de los precios será uno de los principales impulsores de las divisas en 2022”, señala Enrique Díaz-Álvarez, director de Riesgos y responsable del equipo de análisis de la fintech de cambio de divisas. Además de “la velocidad y la intensidad con que los Mercados Centrales principales (Reserva Federal, BCE y Banco de Inglaterra) tensionen la política monetaria tras el largo periodo de laxitud que ha llevado a unos tipos reales negativos y a la compra masivas de bonos soberanos por parte de las autoridades monetarias”.

Ebury cree que, en esta carrera, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra han ido por delante del Banco Central Europeo. Por ello, considera que “la sorpresa de 2022 será que el BCE caiga en la cuenta de que la Eurozona no está exenta de estas tensiones inflacionistas, que no estamos ante un proceso transitorio, y que el compromiso de no subir los tipos hasta bien entrado 2023 no será fácil de ejecutar”.

Con todo, “hay algunos indicios que apuntan a que la inflación disminuirá este año”, explica Álvarez, quien puntualiza que “es difícil prever un rápido retorno a los niveles objetivo del banco central”. Cita, como principales razones, “el desmoronamiento de la oposición política al inflacionismo, y la enorme complacencia sobre los riesgos de la subida de precios tras cuatro décadas de controlar con éxito la inflación”, además de que “existe ahora una enorme presión política en muchos de los principales países para mantener una política monetaria acomodaticia”.

Por estos motivos, los bancos centrales “subirán los tipos de interés de forma drástica”, ya que “la principal consideración de los responsables políticos será volver a situar la inflación en los niveles deseados”, prosigue el director de análisis de Ebury.

Ahora, prevé la fintech la primera subida de tipos de interés de la Fed en marzo y a más tardar en mayo, seguida de un total de tres o cuatro subidas más durante el resto de 2022. El Banco de Inglaterra se ha mostrado igualmente agresivo, votando inesperadamente en su reunión de diciembre 8-1 a favor de la subida de los tipos de interés. Creemos que esta votación casi unánime prepara una nueva subida en febrero y otras tres trimestrales a lo largo del año, lo que debería ser alcista para la libra. En cuanto al BCE, “no esperará más allá de 2023 para empezar a subir los tipos de interés”.

En cuanto a los mercados emergentes, apuestan por que “las divisas cuyos bancos centrales están llevando a cabo un fuerte ciclo de subidas de tipos de interés serán las que mejor se comporten este año; el retorno del carry estará muy presente en la mente de los inversores este año”. Entre las divisas con mayor potencial de apreciación en 2022, Ebury sitúa al bath tailandés, al zloty polaco y al real brasileño. Por diferentes motivos, todas tienen en común que lo tipos en sus respectivos países han empezado a subir muy por encima de donde se sitúan los de las economías avanzadas y que todos ellos disfrutan de fundamentos económicos realmente positivos.

En el lado negativo, Ebury señala a la lira turca, dados los graves problemas de la política monetaria del país para ser creíble y, por razones menos obvias, al yen japonés y el franco suizo. Se trata de dos divisas que suelen ser refugio y sufren en contextos en los que la política monetaria mundial está tensionándose, con los tipos subiendo.

ÓMICRON Y VACUNACIÓN

En cuanto a los otros factores que prevé Álvarez que tengan impacto en las divisas, a corto plazo, la propagación de la variante Ómicron, altamente contagiosa, “seguirá siendo algo a tener en cuenta”. “No se puede descartar por completo la imposición de nuevas restricciones en las próximas semanas, lo que podría suponer un riesgo para los mercados”, elabora.

Asimismo, destaca Ebury que Ómicron no será la última variante de la pandemia. La gravedad de las siguientes cepas y las probabilidades de nuevas restricciones seguirán influyendo en el sentimiento de riesgo este año. “Si el mercado percibiera la posibilidad de nuevas restricciones, los activos de riesgo, sobre todo las divisas de los mercados emergentes, probablemente se verían perjudicados frente a los valores refugio”, argumenta el analista.

Aunque el suministro de las vacunas en los países desarrollados ha sido en gran medida un éxito, creen desde Ebury que la velocidad de distribución en los países en vías de desarrollo seguirá siendo un factor importante para los mercados financieros. “Como venimos diciendo desde hace tiempo, pensamos que el apetito por el riesgo continuará mejorando una vez que estos países hayan administrado suficientes vacunas como para que las restricciones se disipen en mayor medida”, apostilla Álvarez.

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