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Bandera china ondeando en la plaza de Tiananmen de PekínStephen Shaver - Archivo

China se está convirtiendo en una de las grandes decepciones del año, pese a que previsiblemente se encontrará entre los países con mayor crecimiento en el curso. Y es que cada vez se espera un avance menor de su PIB, a medida que se conocen unos datos macroeconómicos que dibujan una reapertura con menor impacto del esperado, y que centran las preocupaciones en dos sectores: el inmobiliario y el de la banca en la sombra.

Los analistas de Julius Baer aseguran que "la desaceleración del sector inmobiliario ha continuado y sigue siendo uno de los principales lastres de la economía", lo que se une a una batería de datos débiles, que han provocado que la firma reduzca sus previsiones de crecimiento del país hasta el 4,8% para este año y al 4,2% para 2024. Estas cifras han venido a la baja a lo largo de todo el año, ya que a mediados de junio esperaban un crecimiento del 5,2% para el presente curso y del 4,5% el año que viene.

Además, han reducido su previsión de crecimiento para el tercer y cuarto trimestre al 0,6% intertrimestral y al 0,8%, respectivamente (desde el 1,1% y el 1% anteriores).

"Después de una estabilización en junio, la actividad económica se desaceleró aún más en julio. Las cifras principales de crecimiento de las ventas minoristas, la producción industrial y la inversión en activos fijos estuvieron por debajo de las expectativas. Esto sigue a las decepciones de los datos de la semana pasada que mostraron una fuerte desaceleración en la dinámica crediticia, así como una contracción más profunda en la actividad comercial", asegura Sophie Altermatt, economista en Julius Baer.

Estas cifras, agrega, "ponen de manifiesto la persistente debilidad del consumo interno y la demanda de inversión que, junto con la ralentización de la demanda exterior, están lastrando la producción nacional".

También destaca que "la inversión privada volvió a caer más profundamente en la contracción y también la inversión pública se desaceleró nuevamente después de un repunte en junio".

EL SECTOR INMOBILIARIO

Entre todos los elementos que amenazan a la economía china, destaca el sector inmobiliario, ya que "las ventas de viviendas (superficie vendida) y los inicios de construcción de viviendas nuevas continuaron cayendo ligeramente menos que el mes pasado, pero aún a dos dígitos". Además, la reciente bancarrota que el gigante inmobiliario Evergrande declaró en EEUU no hace más que disparar las preocupaciones sobre el sector.

"La contracción de la inversión inmobiliaria, por otro lado, se profundizó aún más en julio. Solo los proyectos de construcción de viviendas terminados se expandieron a un ritmo más rápido", añade Altermatt.

Por su parte, los analistas de Pantheon Macroeconomics destacan que "el mercado inmobiliario de China continúa mostrando signos de fatiga", puesto que "julio también vio la mayor caída mensual en los precios de las propiedades nuevas desde finales de 2022".

"En un nivel más granular, 49 de las 70 ciudades encuestadas están experimentando caídas en los precios de las viviendas nuevas en julio, en marcado contraste con solo 5 ciudades en marzo, lo que indica un enfriamiento del mercado inmobiliario", explican.

Además, ponen el foco en la situación del gigante inmobiliario Country Garden, que ha anunciado que suspenderá la negociación de 11 bonos y "ha generado serias preocupaciones sobre la salud financiera de los desarrolladores inmobiliarios chinos, particularmente por su flujo de caja".

"En julio, la caída de los fondos recaudados por el desarrollador a partir de los ingresos de preventa no ha mostrado signos de disminuir. La financiación general de los desarrolladores se hundió un 21% interanual en el mes, tras una caída del 21,9% en junio", aseguran.

LA BANCA EN LA SOMBRA

Otro de los sectores que está generando incertidumbre sobre la evolución del país es el de la banca en la sombra, especialmente después de que tres firmas de inversión informaran la semana pasada de pagos atrasados ​​de productos patrimoniales vinculados a Zhongzhi Enterprise Group, un conglomerado que administra alrededor de 1 billón de yuanes (138.000 millones de dólares) en activos.

"Los productos de la compañía fiduciaria tienen un rendimiento promedio del 6,88%, en comparación con la tasa de depósito de referencia del 1,5%, pero esto significa que han invertido en sectores más riesgosos que probablemente incluyen bienes raíces", destacan desde Pantheon Macroeconomics.

Ante esta situación, la Administración Nacional de Regulación Financiera tomó cartas en el asunto y desde el mes pasado cuenta con un equipo para evaluar la deuda pendiente y los riesgos en una de las principales ramas financieras de Zhongzhi.

LA RESPUESTA DEL BANCO DE CHINA

Tras el aluvión de datos por debajo de lo esperado, el Banco Popular de China (PBOC, por sus siglas en inglés) recortó el martes de manera inesperada una de sus principales tasas de interés, la tasa de sus préstamos a un año a las principales entidades financieras, en 15 puntos básicos, hasta el 2,5%, lo que supone un nuevo mínimo desde 2020, en otro intento por estimular la actividad económica y "mantener la liquidez del sistema bancario razonablemente amplia".

Los analistas esperan que este movimiento tenga continuación con un recorte de otros 15 pb en la tasa preferencial de préstamo (LPR) de uno y cinco años.

"Somos escépticos de que los recortes de las tasas de interés por sí solos cambien el crecimiento económico, dado el mal sentimiento de los hogares y las empresas. El paquete de apoyo fiscal que siguió a la reunión del Politburó de mediados de año en julio es relativamente limitado, hasta el momento. Es poco probable que las pequeñas empresas aumenten la inversión, mientras que la rentabilidad y las perspectivas comerciales son sombrías", concluyen.

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