El nuevo gobernador del Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés), Kazuo Ueda, estrenó este domingo su periodo al frente de la entidad, en el que buscará, como ha asegurado, una dirección de la política monetaria marcada por la flexibilidad, además de una comunicación cercana con el Ejecutivo japonés.
"Dada la alta incertidumbre económica, el BOJ se comunicará estrechamente con el gobierno y guiará la política monetaria de manera flexible", ha destacado tras reunirse con el con el primer ministro nipón, Fumio Kishida, en declaraciones recogidas por 'CNBC'.
El banquero central también se mostró partidario de mantener sin revisión la declaración conjunta entre el Gobierno y el organismo, según la cual el BoJ se compromete a alcanzar su objetivo de inflación del 2% lo antes posible, una posición que ya había sido defendida por Kishida anteriormente.
Ueda, de 71 años, fue elegido a mediados de febrero como sustituto de Haruhiko Kuroda al frente del BoJ, en lo que supone el primer cambio de liderazgo de la entidad en diez años.
Además, el gobierno japonés ha escogido a Ryozo Himino, exjefe del regulador financiero nipón, y al director ejecutivo del BoJ Shinichi Uchida como vicegobernadores, que tendrán por delante un mandato de cinco años junto a Ueda.
La designación de Ueda ha generado reacciones varias desde que se hizo pública, y en opinión de Ma Tieying, economista jefe de DBS, su nombramiento "aumenta las posibilidades de normalización de la política monetaria".
Comenta Ma, que Ueda es percibido como una persona con "un enfoque equilibrado y pragmático", que podría ser menos restrictivo y más innovador en la formulación de políticas que su predecesor, aunque esto no significa que vaya a impulsar cambios drásticos, añade.
Sin embargo, los cambios en política monetaria pueden tardar en llegar, y los analistas de Pantheon Marcoeconomics esperan que Ueda "no anuncie ningún cambio en la configuración de políticas en su primera reunión de políticas del BoJ el 28 de abril".