La inflación en las fábricas de China se ralentizó pero creció por encima de las expectativas en marzo, según mostraron los datos oficiales el lunes, mientras el país lidia con las presiones de costes causadas por la invasión de Rusia en Ucrania y los persistentes cuellos de botella en la cadena de suministro.
El índice de precios al productor (IPP) aumentó un 8,3% interanual, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), lo que supone una reducción del crecimiento del 8,8% registrado en febrero, pero supera la previsión de un aumento del 7,9% realizada por un sondeo de 'Reuters'.
Aunque la subida interanual del IPP fue la más lenta desde abril de 2021, el aumento mensual del 1,1% fue el ritmo más rápido en cinco meses.
El índice de precios al consumo (IPC) de China subió un 1,5% interanual, el ritmo más rápido en tres meses, después de un aumento del 0,9% en febrero y superando la subida del 1,2% prevista en un sondeo de Reuters.
La segunda economía del mundo se vio sometida a presiones a la baja en marzo, con nuevos brotes de Covid-19 y el descenso de la actividad en los sectores manufacturero y de servicios.
Las autoridades han desvelado políticas de apoyo a la economía, que incluyen un mayor gasto fiscal y reducciones del impuesto sobre la renta para las pequeñas empresas.
El gabinete chino prometió el miércoles más medidas de apoyo al consumo y la inversión.
Con respecto a hace un año, los precios de los alimentos cayeron un 1,5%, frente a un descenso del 3,9% en febrero, lo que supuso una caída de 0,28 puntos porcentuales en el IPC general.