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Caídas en las bolsas del continente asiático que se han dejado llevar por las decisiones de los bancos centrales en Europa, EEUU y Japón y la imposición de aranceles por valor de 50.000 millones del presidente estadounidense, Donald Trump, a China. El Nikkei va por su cuenta y acaba en verde impulsado por la debilidad del yen contra el dólar.
La divisa nipona se cambia de manos por encima de las 110,80 unidades por dólar, muy cerca de sus máximos semanales, después de que los alcistas del dólar hayan vuelto a tomar el control de la moneda de EEUU. El ‘billete verde’ se había tomado un respiro en su rally inspirado por el anuncio de que la Reserva Federal subirá tipos hasta cuatro veces este año, a la espera del Banco Central Europeo (BCE), pero la cautela del supervisor monetario europeo en la salida de su política de estímulos ha vuelto a decantar la balanza en favor de la divisa estadounidense.
Además, la decisión del Banco de Japón de mantener su política ultra-flexible sin cambios y de rebajar las perspectivas sobre la inflación ha pesado en la moneda nipona. Por consiguiente, el Nikkei cierra en verde, con un auge de medio punto y es un oasis en verde en medio de un continente que se tiñe de rojo.
Con la mayoría de bolsas del sudeste asiático cerradas por el Ramadán, Hong Kong acaba plano mientras que los parqués de la China continental sufren la imposición de nuevos impuestos en las exportaciones chinas. Shenzhen se deja un 1,45% y Shanghai modera su declive al 0,70%. En el pacífico, el ASX200 sube un 1,29% y el índice australiano cierra plano.
