- Para que la CUP apoye a Junts pel Sí deben quitar a Mas como candidato
- ERC aboga por un 'gobierno de concentración'
Tras las elecciones de este domingo, en las que la candidatura de Junts pel Sí ha conseguido 62 escaños, ahora falta por saber quién será el presidente de la Generalitat de Cataluña.
Junts pel Sí (62) necesita del voto favorable de la CUP (10 escaños) para gobernar, sin que les valga su abstención, porque el resto de formaciones -C's, PSC, PP y Catlunya Sí que es Pot- suman 63 escaños y podrían impedir que la coalición liderada por Raül Romeva formara gobierno, recoge Europa Press.
ERC, por su parte, tiene otra idea: su apuesta sigue siendo que Mas sea presidente de Cataluña y aboga por un "gobierno de concentración"
Salvo -cabe esta posibilidad- que Catalunya Sí Que Es Pot (11) se abstuviera en la votación. De este modo, Junts pel Sí podría gobernar sin el apoyo de la CUP pero con su abstención y la de Catalunya Sí Que Es Pot.
LA CONDICIÓN DE LA CUP
Para que la CUP apoye a Junts pel Sí esta coalición debe quitar a Mas como candidato a la Presidencia de la Generalitat y negociar con ellos un nombre de consenso, según han sostenido en reiteradas ocasiones.
ERC, por su parte, tiene otra idea: su apuesta sigue siendo que Mas sea presidente de Cataluña y aboga por un "gobierno de concentración" para caminar hacia la independencia del que formen parte la CUP y también Catalunya Sí Que Es Pot.
El presidente de la Generalitat y número 4 de Junts pel sí, Artur Mas, ha tendido la mano a la CUP para negociar la hoja de ruta hacia la independencia, pero ha defendido que él es candidato a la Presidencia y esto no cambiará pese a que el partido de Antonio Baños no lo vea claro.
Del mismo modo, el coordinador general de CDC, Josep Rull, cree que Artur Mas debe de seguir "en primera línea" y su compañero de filas Jordi Turull (CDC) se ha mostrado seguro de que se entenderán con la CUP: "Seguro que seremos capaces de llegar a un acuerdo. Al margen de las declaraciones que haces en noches electorales, hay que sentarse a hablar y pactar una hoja de ruta".
Por ello, ha reclamado que "más que poner condiciones con los nombres de las personas" hay que empezar por definir la hoja de ruta hacia la independencia, para la que cree que tienen un encargo legítimo después de una victoria clara del soberanismo, ha opinado.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, vería con buenos ojos que Catalunya Sí que es Pot - la candidatura en la que se integra la formación morada, ICV y EUiA - participara en la creación de una "mayoría progresista" junto a ERC, la CUP y PSC para formar un Gobierno sin Convergencia.
Todo ello si el voto de los 23.612 ciudadanos catalanes en el exterior, que se recuenta este miércoles, no cambia los resultados.
COMIENZA LA CUENTA ATRÁS
En estos momentos, Junts pel Sí tiene 62 diputados, pero existe la posibilidad, aunque remota, de que con los votos de estos catalanes en el exterior arrebaten un escaño a una de las formaciones que no sea la CUP (que suman 63 diputados).
En este caso, Junts pel Sí podría formar gobierno sin necesitar la ayuda de nadie en la segunda votación en el Parlamento, en el que ya no se requiere mayoría absoluta (68 escaños) sino mayoría simple (la formación que resulte más votada).
La legislación ordena que el nuevo Parlamento catalán (no el Gobierno) se ha de constituir dentro de los 20 días hábiles siguientes a las elecciones, es decir, en este caso antes del 27 de octubre. Lo convocará Artur Mas como presidente en funciones. En la primera sesión, los 135 diputados elegirán al nuevo presidente de la Cámara y a los demás miembros de la mesa: dos vicepresidentes y cuatro secretarios.
En los 10 días hábiles posteriores a esta sesión deberá celebrarse la sesión de investidura, es decir, la fecha tope es el 9 de noviembre. En esta sesión se elige al nuevo presidente de la Generalitat. Este será propuesto por el presidente de la Cámara y necesitará, para ser investido, mayoría absoluta en la primera votación, y mayoría simple (más votos a favor que en contra) en la segunda.
Si pasan dos meses desde la fecha del primer debate y la investidura aún sigue bloqueada, el artículo 67 del Estatut establece que el presidente en funciones, el propio Mas, debe convocar otras elecciones en un plazo de 40 a 60 días, por lo que ya serían en 2016.
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