- Advierte que hay hombres a los que todavía 'les cuesta mucho ser mandados por una mujer'
- 'Llegará el momento de que haya una mujer presidenta aquí, como en otros países'
La vicepresidente del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, ha hablado para la revista Yo Dona y se ha sincerado sobre muchos aspectos de su vida, no sólo políticos o electorales si no también de su vida personal.
"Vivo el presente. Si estuviera pensando en el futuro no cumpliría bien con mis obligaciones"
Santamaría es para muchos la mujer más poderosa de España y la candidata más firme para ser la primera presidenta del Gobierno, sin embargo, ella está centrada en conseguir que Mariano Rajoy sea el ganador en las próximas elecciones del 20 de diciembre: "El candidato es el presidente del Gobierno y hay que trabajar duro y con ganas para que revalide un segundo mandato, que es muy necesario para España. Llegará el momento de que haya una mujer presidenta aquí, como en otros países. Vivo el presente. Si estuviera pensando en el futuro no cumpliría bien con mis obligaciones".
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Sobre Rajoy "le gusta trabajar rodeado de mujeres. Sabe que al final no le decimos nunca que no"
Sobre la importancia de las mujeres en el Gobierno, Santamaría ha señalado que a veces las ministras hacen 'lobby' en el ejecutivo: "En ocasiones comemos juntas y 'las chicas' intercambiamos miradas durante los Consejos", esto no supone ningún problema para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya que según Soraya Saénz "le gusta trabajar rodeado de mujeres. Sabe que al final no le decimos nunca que no, no le ponemos tantas pegas ni tantas dificultades, ni le llamamos tantas veces sobre el mismo tema. Si nos hace un encargo, lo ejecutamos y luego rendimos cuentas". Aunque advierte que todavía hay hombres a los que "les cuesta mucho ser mandados por una mujer. Que sean compañeras aún, pero que les manden... ya es otra cosa".
SUS MEJORES Y PEORES EXPERIENCIAS
En la entrevista de Yo Dona, la vicepresidenta también ha hablado sobre sus momentos más duros y felices durante estos cuatro años en el gobierno del ejecutivo central: "Lo más duro es hablar con las familias cuando ocurre una tragedia, como recientemente hice con la de Alberto, el ingeniero muerto en los atentados de París", por contra los mejores momentos para Santamaría: "Sobre todo, el final del ébola y de los secuestros. Cuando a Teresa le dieron todo limpio me llevé una gran alegría. Había sido muy duro porque nos enfrentábamos a algo que no conocíamos. Los expertos que reclutamos eran magníficos. Aprendimos mucho de la gestión de esa crisis. Llegué a obsesionarme y durante esos días, mientras mis compañeros de gabinete leían la prensa, yo solo leía revistas médicas.
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