El seguimiento de la manifestación convocada por Ciudadanos y PP contra el Gobierno de Pedro Sánchez ha enviado un balón de oxígeno al jefe del Ejecutivo. Los 45.000 asistentes, según la delegación del Gobierno -a través de la Policía-, que los organizadores elevan a 200.000 son insuficientes para que la derecha haga caer al inquilino de Moncloa. Por ahora. El socialista sigue torpedeado por sus propios barones y los independentistas y cuenta con escasísimas posibilidades de sacar adelante sus Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Noticia relacionada
PP, Cs y Vox piden a Sánchez elecciones y descartan la moción de censuraEl inesperado golpe de efecto de romper las relaciones con los independentistas libró al Ejecutivo de todo lastre de cara a lo que pudiera pasar en la protesta. Obedeció, según fuentes del partido, al empecinamiento de ERC y PDeCAT "a hablar del derecho de autodeterminación y el referéndum de independencia, algo que para nosotros no es posible, no lo ha sido nunca y en este punto hemos sido claros". "Su insistencia y su exceso de presión ha acabado por tumbar el diálogo en estos términos", agregan. Eso sí, cuentan a Bolsamanía que la intención del Ejecutivo es "seguir hablando, pero tendrá que ser en un nuevo marco".
Así, Moncloa llegó a la jornada de protesta ciudadana sin cargas y se ha ahorrado cualquier necesidad de reaccionar al presunto clamor en la calle que anticipaba el paroxismo de la derecha y la ultraderecha de Vox. El rechazo al relator para el diálogo en Cataluña, a pesar del fracaso comunicativo del Gobierno en explicar bien esta especie de mediador, no ha sido tal como se esperaba. El partido evaluará sus opciones a partir de este lunes y seguirá librando una dura pugna en su seno entre quienes preferirían abandonar las negociaciones con postconvergentes y republicanos, echarse atrás con los PGE y convocar elecciones y Sánchez y su núcleo duro que quiere sobrevivir a toda costa hasta 2020.
En cuanto a las cuentas de Sánchez, fuentes del partido apuestan porque los soberanistas cambien su postura en los próximos días: "Saben que se han equivocado y tienen un problema", subrayan. No esconden su amargura porque reconocen que "apostar por el diálogo nos cuesta votos". "A ellos no dialogar les deja en un callejón sin salida".
"El principal problema son las elecciones del 26 de mayo, donde varios barones regionales podrían perder sus feudos", coinciden los expertos. Entre los más beligerantes, el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha cargado con dureza contra la propuesta del notario entre partidos en Cataluña, hasta el punto que ha recibido una llamada de atención de Ferraz. Y los históricos como el expresidente del Gobierno, Felipe González, y quien fuera su exvicepresidente, Alfonso Guerra, tampoco se han ahorrado críticas contra la propuesta de Moncloa para desatascar las cuentas.
"Los barones están muy atrapados y se hallan ante un gran dilema porque a menos de tres meses vista afrontan una importante cita electoral", reflexiona Jordi Pacheco i Canals, decano del Colegio de Politólogos de Cataluña. Como es obvio, temen que cualquier atisbo de claudicación ante las demandas de los independentistas provoque una desbandada de votantes que reproduzca en otras Comunidades Autónomas la debacle andaluza y coloque tripartitos de derechas en más sillas regionales.
LA RESPUESTA DEL INDEPENDENTISMO
Noticia relacionada
Torra condiciona la tramitación de los PGE a la autodeterminaciónLos analistas siguen apostando por el adelanto electoral este lunes y vuelve a la palestra la opción de un súper domingo el 26 de mayo. Los socialistas leen la manifestación en clave de fracaso de populares, ciudadanos y ultraderechistas, lo que les anima a avanzar los comicios generales hasta esa fecha. No obstante, otoño sigue siendo la opción favorita, ya que con toda seguridad Sánchez naufragará en el debate de los PGE este miércoles.
El 13 de febrero se votan las enmiendas a la totalidad de PP y Ciudadanos y, también, las de ERC y el PDeCAT -el partido la registró el viernes antes de que agotara el plazo-. Además, Coalición Canaria y Foro Asturias, con un escaño cada una, registraron sendos vetos que alejan aún más la opción de que las cuentas sobrevivan otro mes en la Cámara Baja.
El PSOE confía en un cambio de postura de los soberanistas, pero los moderados, que apostaban por seguir apoyando al Gobierno, a cambio del diálogo, han perdido el dominio de la situación. Entre republicanos y postconvergentes ha acabado por imponerse el ala dura liderada por el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el President, Quim Torra, y ambos se siente validados por el poco poder de convocatoria de la derecha y ultra derecha.
Torra ha afirmado que la manifestación de este domingo en Madrid convocada por PP, Cs y Vox es un "fracaso estrepitoso que debería hacer recapacitar al PSOE". Puigdemont, ha apelado a Sánchez y le ha instado, mediante un tuit a tener "coraje de una vez para sacarse sus ultras de encima". Ambos han reclamado al presidente del Gobierno a que vuelta al diálogo para hablar de autodeteminación.
Aunque Sánchez no haya recibido un baño en las calles, seguirá presionado por todos. Los independentistas, continúan erre que erre, la derecha pasa de puntillas por las cifras y sigue exigiendo elecciones y los barones no estarán dispuestos a sacrificar ni un voto a cambio de seguir negociando con Cataluña.