El PSOE consigue las llaves de Moncloa cuando vence en dos de sus graneros tradicionales: Cataluña y Andalucía. Y las elecciones generales del 28 de abril no serán la excepción a la regla. Los socialistas se frotan las manos ante unas encuestas que cada vez les son más favorables y que reflejan que el PSC y el PSOE andaluz serán capaces de dar un vuelco en las urnas para recuperar ambos bastiones. Con todo, los socialistas catalanes, a pesar de que se ven vencedores, llaman a la cautela.
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La federación que aún capitanea Susana Díaz lograría que el PSOE fuera el partido más votado en todas las provincias de Andalucía, según una encuesta de 'ABC' publicada el lunes. A falta del sondeo preelectoral que está preparando el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que requerirá de cocina para establecer el reparto de escaños, el estudio de este rotativo presenta una España teñida de rojo en el recuento de asientos por provincias. Sánchez se alzaría con la victoria en un total de 37 de ellas, destacando de manera muy llamativa que sería la primera opción en Barcelona.
No sólo eso, el PSC de Miquel Iceta lograría la hazaña de volver a ser la fuerza más votada en Cataluña, algo que no se produce desde las elecciones de 2008 cuando la entonces cabeza de lista, Carme Chacón, obtuvo casi el 46% del voto y, con 25 diputados, le entregó en bandeja su segunda legislatura a José Luis Rodríguez Zapatero. Más de una década después, algunas fuentes apuntan a que las encuestas internas de Ferraz presagian que el socialismo reconquistará la comunidad, pero fuentes del partido no se dejan llevar por estos vaticinios y recuerdan que la batalla electoral estará muy reñida.
Avisan desde el PSC de que, a cinco semanas del domingo electoral, la ministra Meritxell Batet -que encabeza la lista de Barcelona- sabe que su principal enemiga es "la autocomplacencia". "Somos muy prudentes. No es la primera vez que las encuestas arrojan cifras que luego nada tienen que ver con los resultados electorales". De hecho, el primer secretario del partido lo vivió en su propia piel en las elecciones catalanas de diciembre de 2017, cuando la demoscopia le daba hasta 26 escaños y se quedó con 17.
"Creemos que podemos ganar", prosiguen las mismas fuentes, pero también subrayan que los resultados estarán lejos de sus mejores cifras y librarán una dura pugna con ERC, que toman posiciones como segunda fuerza. De hecho, los sondeos les otorgan 15 diputados, a años luz del hito de Chacón y de las cifras de otros pesos pesados del socialismo catalán como Joan Raventós, Raimon Obiols, Narcís Serra y José Montilla, pero la cifra, de lograrse, no dejará de ser histórica ya que doblará los siete diputados de 2016 y mejorará su representación en la Cámara Baja de 2011, cuando obtuvieron 14 diputados.
DIVISIÓN DEL INDEPENDENTISMO, OPERACIÓN DIÁLOGO Y EFECTO VOX
Atribuyen el auge a una serie de factores. El principal, el hartazgo del independentismo: "Conocemos ciudadanos soberanistas que nos han expresado que nos votarán porque consideran que la hoja de ruta actual no es cierta y se sienten engañados; otros, porque no han entendido cómo ERC y el PDeCAT han votado en contra de unos presupuestos claramente beneficiosos para Catalunya", explican.
Por otra parte, consideran fuentes del partido que lograrán sacar réditos de la llamada 'operación diálogo' en Cataluña, lo que les permitirá pescar en los caladeros de los demócrata-cristianos, además de recuperar algo del voto fugado a Catalunya en Comú. Por último, se benefician del auge de Vox y de la división de las derechas.
La disgregación del votante tradicional del PP resta peso tanto a populares como a Ciudadanos, que podrían no sumar con la ultraderecha de Santiago Abascal. Por lo tanto, también harán de tren escoba de un electorado de la formación de Inés Arrimadas que "está preocupado por las posiciones radicalizadas de quienes habían votado en las últimas elecciones y prefieren una postura más centrada y alejada de VOX". En última instancia, reconocen que les beneficia tirar del antiguo lema de 2008, "si tú no vas, ellos vuelven", para imprimir un carácter de plebiscito a la contienda electoral del 28 de abril ya que arrastra a muchos votantes que les favorecerán para levantar un dique de contención contra VOX.