En ningún momento durante la de por sí incierta crisis del Covid-19, el resultado de una votación parlamentaria había sido tan inseguro. Ni siquiera en la cuarta prórroga del estado de alarma, el Ejecutivo de coalición PSOE-Unidas Podemos llegó a la cuenta atrás en el Congreso con los apoyos en el aire. Moncloa ha mantenido intensas negociaciones con ERC y Ciudadanos, a las que en las últimas horas se había sumado incluso Junts per Catalunya, con todas las opciones sobre la mesa, hasta que el 24 de mayo concluyeran las medidas excepcionales. Finalmente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha abandonado su idea de una prórroga de un mes y ha cedido a las exigencias de la formación que lidera Inés Arrimadas, que se ha convertido en la mejor muleta del Gobierno en la pandemia.
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Gobierno y Ciudadanos acuerdan prorrogar 15 días el estado de alarma y agilizar los ERTEDurante las últimas horas lo habían intentado todo. Para convencer a Ciudadanos, primero, dejaron caer su idea de que la ampliación del mando único del Ministerio de Sanidad se extendiera durante seis semanas. Sin embargo, la formación de centro derecha se había mostrado inamobible en el punto de que la quinta prórroga de la alarma debía ser como las anteriores, de quince días. En segundo lugar, este martes se filtraba a primera hora de la mañana un borrador con una nueva fecha, el 27 de junio, lo que reducía a un mes la ampliación de los plenos poderes del Gobierno y dejaba claro que la extensión que el Congreso aprobará este miércoles será la última.
“En estos momentos, lo mejor que podían hacer era apostar por reeditar la jugada de hace dos semanas junto a Ciudadanos”, apuntan fuentes próximas, cuando consiguió 178 votos a favor, mayoría absoluta. Pero Arrimadas se ha cobrado caro su apoyo. Para empezar, el pacto contempla que "durante esos 15 días de prórroga del estado de alarma, el Gobierno se compromete a analizar las medidas y, en su caso, reformas legislativas necesarias que permitan una salida ordenada del estado de alarma y la gestión de la pandemia en ese momento, ya sin la utilización de la herramienta constitucional de la declaración de alarma", reza el texto del segundo pacto entre el Ejecutivo y Ciudadanos.
La guinda del acuerdo son las nuevas medidas económicas que la presidenta de Ciudadanos le ha arrancado al líder socialista. En primer lugar, "en los aplazamientos tributarios motivados por el impacto económico negativo del COVID-19, se aumenta en un mes (de tres a cuatro) el plazo para ingresar impuestos por los contribuyentes sin intereses de demora". Asimismo, se especifica la "agilización del pago de prestaciones por ERTEs o desempleo a quienes aún no lo han cobrado para que puedan percibirlo".
¿Y ERC?
Pero durante los intensos contactos mantenidos hasta este martes, nunca abandonaron la vía ERC. De hecho, en el borrador que ha circulado se han incluido una serie de guiños destinados a los republicanos, como ampliar la cogobernanza con las Comunidades Autónomas, a quienes destinan mayor poder de decisión y devuelven la gestión de educación. El partido de Oriol Junqueras, por su parte, se ha enrocado en el ‘no’ y fija sus líneas rojas a recuperar las competencias en sanidad, a la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat, a medidas sociales y a una serie de reformas de varias leyes, incluida la de Salud Pública, para que no haya futuros estados de alarma si se produce un rebrote.
“Siguen negociando”, aseguran fuentes conocedoras, por lo que no dan del todo seguro el no de los republicanos. Y lo siguen haciendo a todas bandas. De hecho, durante las últimas horas se han valorado múltiples combinatorias: recuperar el pacto de la investidura con la abstención de Ciudadanos; que Junts per Catalunya abandonara el ‘no’ y también pasara al bando de la abstención o hasta al 'sí', ya que, según el presidente de Junts per Catalunya en el Parlament, Albert Batet, si recuperan el control de la sanidad, hay fumata blanca; que estas fuerzas, junto al partido de Oriol Junqueras no votaran ni a favor ni en contra… Un sinfín de posibilidades para conseguir mayoría simple, cuando se tienen por seguros los ‘noes’ de Vox, el PP y la CUP y seguramente UPN, BNG, lo que eleva los votos en contra a 146 -154, si las declaraciones de los junteros son un brindis al sol-.
Sin embargo, ERC todavía no ha decidido su voto y desde el socialismo no pierden la esperanza de que se dejen arrastrar por el PNV, cuyo respaldo ven más seguro, según explican fuentes parlamentarias.