El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha advertido este lunes a Marruecos de que es "inaceptable" que diga que no ha respetado las fronteras por su negativa a apoyar la anexión del Sáhara Occidental, en contra del consenso internacional.
Así ha respondido Sánchez al ministro de Exteriores de Marruecos quien este lunes ha asegurado que la crisis diplomática y migratoria con España tiene su origen en el Sáhara.
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Cientos de marroquíes intentan entrar en Melilla y decenas de ellos lo logran"Si está diciendo que se ha utilizado el asalto a la valla de Ceuta por más de 10.000 marroquíes me parece absolutamente inaceptable", ha advertido Sánchez quien ha recalcado que "no es aceptable decir que se atacan las fronteras por desavenencias en política exterior".
Marruecos ha reconocido que el conflicto diplomático con España no obedece a la decisión de acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño.
Ghali declarará este martes por videoconferencia en la Audiencia Nacional, por presuntos delitos de un delitos de genocidio, torturas y terrorismo, entre otros, pero el Ministerio de Exteriores del reino alauí, dirigido por Nasser Bourita, ha desligado lo que suceda con él de la crisis diplomática entre Madrid y Rabat.
Según el Ministerio, el conflicto "no está limitado al asunto de un hombre". "No comienza con su llegada, ni terminará con su partida. Se trata, ante todo, de una cuestión de confianza y de respeto mutuo rotos entre Marruecos y España". El fondo de la crisis, añade, son "las segundas intenciones hostiles de España con respecto al Sáhara, una causa sagrada de todo el pueblo marroquí". En definitiva, su rechazo a avalar la marroquinidad de este territorio, que el Gobierno español abandonó en 1975, Marruecos ocupó, y lleva pendiente de una solución para su soberanía desde esa fecha.
MARRUECOS COMPARA LA SITUACIÓN CON EL 'PROCÉS' CATALÁN
Asimismo, el Gobierno de Marruecos ha planteado al Ejecutivo de Pedro Sánchez cuál habría sido su reacción si quienes hubieran sido recibidos en el Palacio Real marroquí fueran separatistas catalanes.
En un extenso y duro comunicado, el Ministerio de Exteriores marroquí ha subrayado que la crisis abierta por la acogida por motivos humanitarios de Gali, ingresado en un hospital en Logroño con Covid-19, plantea "una cuestión de coherencia". "No podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino", ha esgrimido, según recoge Europa Press en una nota.
Así, ha sostenido que Rabat optó desde el principio de la crisis catalana "por ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional" de España y ha preguntado al Gobierno "¿cuál habría sido la reacción de España si un representante del separatismo español hubiera sido recibido en el Palacio Real marroquí?"
Tras reprochar "una memoria corta", Rabat recuerda que en 2012 durante una visita al país de una delegación económica catalana, "se modificó el programa, a petición del Gobierno español", para que no fuera recibida a alto nivel y que todos los encuentros se mantuvieran en presencia del representante de la Embajada de España en Rabat.
También se mantuvo la "coherencia" cuando en 2017 se rechazó la visita de un "gran líder del separatismo catalán" y por tanto, sostiene el Ministerio de Exteriores en su comunicado, "Marruecos está en derecho de no esperar menos de España".