Pedro Sánchez ha pedido perdón, en nombre de España, al exilio español que abandonó el país tras la guerra civil, admitiendo que llega "tarde y a deshora", pero con el "orgullo de recuperarlos para siempre":
Así lo ha manifestado en las playas de Argelès-sur-Mer, un lugar que albergó un campo de internamiento con cerca de 100.000 exiliados españoles donde Sánchez ha puesto fin a la jornada de homenaje al exilio que ha incluido las visitas a las tumbas de Manuel Azaña y Antonio Machado.
Un grupo de independentistas han tratado de boicotear el acto e interrumpirlo con gritos de protesta, a lo que han respondido muchos de los asistentes exigiendo que se callaran y gritando "viva España". Finalmente, agentes de la Gendarmería francesa han conseguido apartar a este grupo y alejarlos del punto donde se realiza el acto, según recoge Efe.
Sánchez ha señalado que estaba tratando de rendir homenaje a "aquella democracia española que fue derrotada por la tiranía" y mostrar a los dos ilustres exiliados el "respeto de su patria que un día les fue negado":
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El presidente ha lamentado el destino que corrieron todos los españoles que tuvieron que abandonar el país, pagando con su libertad "y a veces su vida" la defensa de la democracia". Ha ejemplificado su discurso con la historia del fotógrafo Francesc Boix, que salió de España, participó en la resistencia contra los Nazis y acabó en el campo de concentración de Mauthausen, donde logró hacer fotografías que sirvieron como pruebas en los juicios de Nuremberg.
"Es tarde, muy tarde. Han pasado muchos años desde que tuvieron que marcharse. España tendría que haberles pedido perdón mucho antes por la infamia", ha lamentado el presidente del Gobierno al referirse a todos los exiliados.
Tras esto, Sánchez ha leído un discurso de Azaña escrito por Machado donde decían que España no será "nada" con el triunfo "total de sus adversarios", y ha dicho que en este momento "no cabe la indiferencia ni mirar hacia otra parte, ni cabe pensar que el antisemitismo, la homofobia, la xenofobia y el nacionalismo excluyente son pequeños vientos sin importancia que se apagarán solos" y ha defendido la idea de "una Europa abierta" sobre la que se construyó "la mejor época que hasta ahora ha conocido la humanidad".