ep filed - 03 june 2019 hamburg former president of the government of catalonia carles puigdemont
Christian Charisius/dpa - Archivo

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha asegurado este martes que la declaración unilateral de independencia (DUI) fue "la única opción digna y democrática" que tuvo en otoño de 2017 ante la falta de garantías que tenía del Gobierno de Mariano Rajoy de que no aplicaría el artículo 155 de la Constitución en Cataluña.

En su comparecencia por videoconferencia en la comisión de investigación del 155 en el Parlament, ha admitido que "hacer elecciones a cambio de frenar el 155 hubiera ahorrado mucho sufrimiento y dolor", pero ha insistido en que Rajoy no le dio ninguna garantía de que no lo aplicaría.

TACTISMO DE ALGUNOS

"Si el Estado hubiera dado garantías de que respetaría mis condiciones, yo habría convocado elecciones pese a las incomprensiones y tacticismo de algunos", ha subrayado. También ha acusado al Estado de perpetrar un "golpe de estado" y de buscar venganza con el 155, y cree que la lógica de su aplicación se gestó antes del 1-O.

Para Puigdemont, su recorrido "es la crónica de un golpe de Estado moderno, que no necesita militares que saquen tanques a la calle, y sí cargos en el poder judicial debidamente alineados para alterar el orden constitucional". A su juicio, España volvió a ser "oscura y tenebrosa" en otoño de 2017, y recurrió a la tradición de resolver la disidencia, a su juicio, con golpes de fuerza desde el poder judicial. "España volvía a poner la patria por encima de la justicia y los derechos", ha subrayado el expresidente catalán, que ha explicado que su prioridad fue intentar frenar la aplicación del 155 y salvaguardar las instituciones catalanas y proteger a los ciudadanos.

Según el expresidente, la aplicación del 155 no aguantaría el test de constitucionalidad en ninguna democracia consolidada, y vio en el Estado ganas de "venganza, de reprimir y de imponer castigos" a los catalanes. "No se me ocurre mejor ejemplo de xenofobia" que la aplicación del 155 en Cataluña, ha opinado Puigdemont, al argumentar que se quiso perjudicar a todos los catalanes, aunque no fueran independentistas.

"SU PATRIA NO NOS INTERESA"

Para Puigdemont, solo los catalanes decidirán su futuro: "Su patria no nos interesa. No queremos ser parte de un país que condecora la violencia policial y encarcela el activismo social. El futuro lo decidiremos y lucharemos nosotros".

Pese a admitir que vale la pena dedicar una mirada diferente al Gobierno del PSOE con Unidas Podemos, ha recordado que el presidente Pedro Sánchez estaba, en otoño de 2017, "en la cocina del 155". "Si al final la represión y la negativa a la autodeterminación es la misma, la conclusión también lo es, por muy buenas caras que pongan", ha sostenido.

MEDIACIÓN INTERNACIONAL Y DIÁLOGO

Así, en la línea que defiende JxCat, ve necesario incorporar la mediación internacional en la mesa entre gobiernos: "Si no, se hace difícil que pueda haber resultados en este camino". También ha reclamado derogar el delito de sedición del Código Penal al considerarlo anacrónico: "El delito de sedición debe caer. Nadie puede ser condenado por sedición".

El diputado de CatECP Marc Parés, ha compartido con Puigdemont que el 155 no se ajustó a la naturaleza del artículo, pese al aval del TC, pero que apostar por la DUI fue un "error político" porque se podía optar por un diálogo como el que espera que se abra con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Según el diputado de ERC Marc Orobitg, quedan "pocas dudas sobre la ilegalidad" del 155, y la diputada de JxCat Gemma Geis ha coincidido con el expresidente que su aplicación fue anticonstitucional, ha dicho. El diputado de la CUP Carles Riera ha observado que los independentistas aún no han asumido un relato compartido sobre lo ocurrido en octubre de 2017, además de enmarcar el 155 en una "operación represiva de carácter generalizado".

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