- Pero hay un aspecto que pocos consideran... Un límite que nadie puede traspasar
Se cuenta en los mentideros habituales que Moncloa está manejando una encuesta en bruto que otorga el 40% de los votos a Podemos. Según este sondeo, ya no sólo se habría producido el temido sorpasso con respecto al PSOE sino que estaría también en juego la victoria electoral del PP el 26J, que hasta ahora nadie había puesto en duda
La verdad es que tal perspectiva, que hasta cierto punto late más allá de los propios ambientes políticos y se difunde por los intersticios de la sociedad toda, es en alguna medida paralizante ya que, por ejemplo, paraliza las inversiones.
La pertinente aplicación de la ‘cocina’ a estos datos de campo mitiga el sobresalto, toda vez que según parece votar Podemos tiene prestigio, en tanto apoyar a los partidos tradicionales constituye un demérito, que nadie o casi nadie quiere afrontar ante un desconocido encuestador. En cualquier caso, el éxito de Podemos es incuestionable, y ello es tanto más sorprendente después de una alianza desnaturalizadora con Izquierda Unida que convierte en agua de borrajas la famosa transversalidad que constituía el gran hallazgo de las gentes de Pablo Iglesias. Porque al irrumpir Podemos no se trataba -¿recuerdan?- de que las izquierdas pugnaran con las derechas sino de que quienes estaban abajo consiguieran reemplazar a los de arriba.
La hipótesis de una victoria de Podemos horroriza a mucha gente, y no sólo a quienes verían comprometida supuestamente su posición económica o social. Y la verdad es que tal perspectiva, que hasta cierto punto late más allá de los propios ambientes políticos y se difunde por los intersticios de la sociedad toda, es en alguna medida paralizante ya que, por ejemplo, paraliza las inversiones, al menos hasta que se despeje la incógnita (no hay que dramatizar tampoco), Pero tampoco hay razones para alarmarse porque está Bruselas controlándolo todo: el caso griego es paradigmático, y luego de la victoria de Syriza… Bruselas terminó obligando a Syriza y a Tsipras a recoger velas y a aceptar las reglas de juego comunitarias, que son bien claras.
Los partidos dispuestos a jugar en el tablero europeo deberían hacer constar esta evidencia con más énfasis a la hora de desmontar el populismo de Podemos, que dice a cada grupo clientelar lo que quiere oír. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que es la base de la pertenencia europea y de la moneda única, vincula absolutamente a todos los estados miembros del eurogrupo, y es indecente ofrecer la luna a los electores sin entrar a considerar que la permanencia en Europa marca límites que nadie podrá traspasar.
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